Buscando agua para riego del arrozal, por gravedad, sin tener que elevarla.
Buscando agua en el Chaco con Ortiz partiendo desde el km 11 para inspeccionar todas las tierras de alrededor. |
En la primera siembra se saló el agua del riacho donde teníamos instalada la bomba de riego y era evidente que tras uno o dos meses sin lluvias en la zona se volvía a salar llegando a tal salinidad que incluso el ganado se negaba a beber de allí. Esto lo averiguamos después de tener las bombas allí instaladas, pues aunque el cuidador que por allí había conocía el rechazo de los animales a ese agua, en ciertas épocas, y sabía que se salaba la información que nos llegó no era clara. Tenía que buscar una alternativa viable para cuando este agua tuviese una concentración de sal que la inhabilitase para riego. Construir el canal de riego, que después se hizo, y que venía directo desde el Río Paraguay era una alternativa muy cara y además había que elevar el agua entre 5 y 7 metros de promedio. Así que empecé estudiando el problema, causa de la salinización, del Cañadón Reservista puesto que era el riacho más cercano a la plantación.
Croquis del plano general Cañadón Reservista. |
El Cañadón Reservista es un riacho que solamente lleva agua durante la temporada de lluvias. Inicia su recorrido cerca de la Estancia Santa Elisa y desemboca en el riacho "cuernos" (nombre que le puse tras realizar un dibujo de su perfil y que se parecía a las astas de un ciervo), aguas arriba de Puerto Casado. En su tramo final se confunde con el riacho Candelaria que recoge las aguas del potrero Casilda. El Reservista tiene unos 120 km, de longitud, calculados en linea recta.
La parte que afecta a este estudio inicia en el km 20, donde el Cañadón cruza bajo las vías del ferrocarril y a partir de ese punto he calculado que tiene una cuenca de 150.000 has.
Una característica destacada de este riacho es que sus aguas no se salan en ninguna época del año, lo que es una singularidad entre los riachos que bajan del Chaco Central ya que todos ellos recogen aguas en zonas de marisma saladas y todos ellos se salna durante las épocas de sequía y en los meses del invierno Austral.
Trasladar aquí todos los datos de aportación, evaporación, calculados por meses y en función de las necesidades de agua estimada para cada año del proyecto, convertiría el capítulo en un ladrillo, infumable, que os voy a ahorrar.
Barquita que yo utilicé en el riacho cuernos para estudiar porqué se salaba el agua. |
Este tajamar lo tenemos señalado en el plano como el nº 4 (en blanco y negro sobre el antiguo plano de Casado S.A.) y lo sustituiríamos por la represa nº 2 (en rojo) que construiríamos aguas abajo del caserío de la Estancia Machete y a pesar de estar muy bien situada y fácil de arreglar tenía el inconveniente de que su inundación, a partir de un metro y medio de altura, seguramente empezaría a inundar los alrededores de la casa y un poco más arriba pondría en peligro el camino que tendría que elevarse.
Lógicamente para fijar estos datos, con exactitud, había que hacer un plano previo de levantamiento topográfico.
Estancia Machete con tajamar y tanque australiano de agua elevada. |
Este método de guardar agua denominado tanque australiano consiste en realizar un pequeño embalse circular, elevado sobre el nivel del suelo 3/4 metros, tomando para ello la tierra del préstamo que se ve lleno de agua justo al lado.
Entre el embalse y el hueco formado por la extracción de tierra se coloca una bomba de elevación de agua que funciona con la fuerza del viento por lo que una vez construido todo el complejo la elevación de agua está relacionada directamente con la cantidad e intensidad del viento,- siempre que las intermitentes lluvias mantengan un buen nivel en el hueco del prétamo de tierras-, y prácticamente no tiene coste de mantenimiento y su sencillez le garantiza una vida larga.
Impresionante altura de la vegetación, prueba evidente de la fertilidad de la tierra.
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Como alrededor de la Estancia había calculado que se podían realizar dos de las represas que remansaran el agua de la parte alta del Cañadón, estuvimos varias veces paseando a caballo por los alrededores estudiando pendientes y posibilidades de remansar agua sin causar otros problemas.
Las visitas a las diversas represas nos han mostrado unas obras realizadas para proveer agua de beber a la ganadería y que su objetivo primordial era mantener la cañada con hierba fresca, además de proveer de agua potable durante todo el año.
Para poder aprovechar más agua de la parte superior el Cañadón teníamos que ir más arriba ya que la nº 2 no podíamos recrecerla más, así que pensamos en otra unos km más arriba,- marcada con el nº 3 (en rojo)-, y que drenaría el agua de más de 50.000 has. El cruce del Cañadón con el camino a Boquerón se produce a 5 km de la ruta principal. La altura del camino,- que marcaría nuestra cota máxima-, hasta la mínima, medida en el palmar, más la caída natural a lo largo de 5 km puede darnos una diferencia de cota de unos tres metros, que seria la altura de agua que estábamos necesitando y que nos daría aquí la capacidad de almacenamiento necesaria para iniciar los riegos sin necesidad de poner las bombas en marcha.
La mulilla atómica. |
Con esta mulilla, que yo llamaba mulilla atómica, porque desde que salíamos y empezaba a trotar hasta que paraba,- y no importaba que fuera una hora o dos-, no paraba ni un solo segundo de soltar flatulencias. Era increíble como podía haber acumlado gases para poder mantener un sonido de tubo de escape de moto, en relantí, y durante más de una hora, parecía el motor de mi Ducati de cuatro tiempos. .
Pues con esta mulilla hice varias visitas alrededor de las tierras de Güajhó, calculando la caída y la posible inundación de esas tierras con la represa nº 1 del km 20 que detallaremos más adelante.
También la utilizaba cuando paseaba cerca del pueblo donde Ortiz me permitía que fuese sólo, ya que cuando quería alejarme de los caminos y penetrar en el monte siempre iba con él o compañado de alguno de los capataces o peones de las estancias donde inspeccionaba los terrenos, bien para posible desmonte, bien para estudiar la posibilidades de represar agua.
Pluviometría en el km 11, correspondiente al año 1995 y caudal de agua medido en el puente del km 20. |
La pluviometria de la zona está entre los 1000 y 1500 mm anuales; con cuatro meses muy secos,- Junio, Julio, Agosto y Septiembre-, y el resto lluviosos sin garantía de que esas lluvias sean regulares. Arriba vemos la pluvionetria medida en el km 11 y los cálculos aproximados, que yo realizaba, en la cercanía del puente del km 20 para medir los caudales que pasaban por ese punto crucial y que seviría para calcular el agua que se podía almacenar a lo largo de la cuenca. Pero nunca hay que perder de vista que, con lluvias tan irregulares, no se podía pensar en el riego exclusivo del arrozal desde este complejo de represas. Había que contar con que faltaría agua para los primeros riegos de cada campaña y que faltaría agua para forzar la nacencia en Septiembre-Octubre y tampoco habría reservas para los primeros riegos y el Chaco con una tierra fértil, un clima envidiable y agua buena, es a su vez un medio implacable cuando falta el agua durante algún tiempo. La gravedad de penderá de los distintos tipos de tierra y de cultivo, pero en más o menos tiempo, todos perecerán.
Por todo ello había que construir un sistema múltiple que supliese las carencias de lluvia y que facilitase el riego durante el resto del año.
Aquí con Eduardo, otro fiel compañero de paseos. |
Represando el Reservista para ver hasta donde llegaba el agua.
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Se que esta experiencia la realizamos en el mes de Agosto de 95 porque detrás nuestra se ve un árbol que es el primero que florece en el Chaco y por esa razón se llama "Agosto Poty". (Florece en Agosto, en Guaraní)
En aquella fecha estaban conmigo em Puerto Casado Maricarmen y Pepito, que pasaron allí los tres meses de vacaciones veraniegas del colegio del chico. Así que cuando vi la belleza de aquel árbol, con unas flores rojas preciosas, le pedí a Eduardo que me cortase, a hachazos, las ramas más finas y más floridas para llevarle un enorme ramo mi mujer que tuvo problemas para colocarlo en un jarrón con agua, pues hacía falta algo muy grande para que no se volcase por el peso de las flores y las ramas que tenían casi un metro de altura.
Atajando el Cañadón Reservista, aguas abajo de Güajó, estudiando la posibilidad de un tajamar. |
Había una sencilla fórmula para calcular el agua que podíamos represar en la nº 1 (en rojo) que era cerrando cerca del puente, donde podíamos subir el nivel hasta la superficie del terreno lo que significaba elevar un par de metros desde el fondo del Cañadón. Con ese nivel podíamos ver hasta donde llegaba la cola del agua represada y especulando con la misma caída, calcular hasta donde llegaría el agua cerrando el Cañadón por la vía y elevando el agua unos dos metros sobre el suelo del palmar. Era una hipótesis de trabajo, poco rigurosa, pero serviría para tener un cálculo del agua embalsada.
Caminando toda la vía, para ver los puentes y cómo se encontraba todo el muro, para poderlo parovechar como cierre. |
Puente grande del km 20 |
Este puente, consideré que era el lugar ideal para establecer el cierre y la distribución del agua del Cañadón. Aquí aprovechábamos el muro, base de la vía y los puente bajo la misma. Por lo tanto el primer trabajo consistiría en la construcción de las compuertas de desagüe en el paso del cauce y los cierres con nivel en el resto del puente y puentes laterales. Este era un trabajo útil aún en el caso de que la inundación en la cola nos permitiese recrecer el muro elevando el nivel de la represa a lo largo de toda la vía. Serviría toda la obra hecha sólo tendríamos que elevar los niveles del rebosadero y y del muro de contención.
estancia, vía, Cañadon y los puentes que cruzan la vía. |
Si realmente se confirma que la pendiente de este lugar es de 25 cms/km, como yo había calculado en el entorno y podíamos elevar metro y medio el nivel del agua sobre el palmar, la cola del agua alcanzaría unos 8 kms, hasta la linde con la Estancia Güajhó, por lo que era poco probable que afectase a nuestros vecinos.
Con estos datos consideramos que la cuenca bañada por la represa cubriría una superficie aproximada de unas 1.000 has y con un altura promedio de 0.75 metros podría almacenar unos 7.5 hm3.
Corte en los puentes de la vía para remansar agua entre el km 11 y el 15. |
Al margen de la gran solución que aportaba el Cañadón Reservista, para las cuatrocientas has desmontadas a la izquierda de la ruta principal estaba buscando una solución alternativa y más rápida de ejecución. Desde el cerro de Montes y Estancias hasta la vía y entre el km 11 y el 15 había unas 40.000 has que desaguaban a través de varios puentes bajo los rieles del ferrocarril y del camino. A su vez la parte desmontada estaría más de un metro por debajo del nivel del suelo del palmar del km 11. Si podía llevar este agua de escorrentía a través de la zona de monte bajo que separaba ambos lugares tendríamos garantizado el riego por gravedad la mayor parte del año. Cerramos los dos o tres puentes que había en ese lugar colocando dos lineas de estacas con sacos de plástico en el centro para evitar las filtraciones y a la vez que cuando subiese el nivel rebosase sobre los plásticos que cubrían todo el "invento" Ni estos cierres, ni tampoco el del Reservista, aguantaron el primer empuje de una gran lluvia, pero se había cumplido el objetivo de ver hasta dónde llegaba el agua situada en ambos niveles máximos. Las viviendas del km 11 quedaban por encima del nivel necesario para atravesar la zona de monte, el problema estaba en construir el canal de transferencia desde el palmar a la zona arrocera ya que no teníamos medios y nuevamente utilizamos el tractor y la trailla para realizar una limpieza del terreno que no corroboró lo que necesitaba comprobar, aunque no tenía dudas de su validez.
Lo que resultó evidente es que en el Chaco las chapuzas no sirven para nada. En aquella tierra tan fácil de erosionar no se podía confiar en obras provisionales, aunque estuviesen pensadas para poca duración. El tiempo que aguantaban era hasta la llegada de las primeras lluvias, medio importantes.
El nuevo canal de riego en Marzo de 1999. |
Para poder regar, sin problemas de sal, las 700 has ya desmontadas y continuar con las siguientes ampliaciones, había proyectado un gran canal de riego, paralelo y junto a la vía del ferrocarril, que llegaría por el lado derecho hasta le km 8 y posteriormente pasaría bajo la vía para conectar con el canal que vendría del km 11 y recogía la escorrentía de toda esa zona hasta Montes y Estancias y que más tarde enlazaría también con el sistema de riego previsto en el Cañadón Reservista. El objetivo era regar el máximo posible por riego de gravedad, sin perder por ello, la seguridad de tener directamente riegos desde el río Paraguay donde finaliza este canal y se instalaron un par de buenas bombas de elevación.
Antonio en el nuevo canal, lleno para regar el arrozal normal. |
Por supuesto, como yo no estaba allí, los sabios del momento, que ni se ni me importa quienes fueron, no me hicieron ni puñetero caso. Me contaba Antonio que 35/40 veces tuvieron que reparar roturas totales o parciales del muro a causa de las pequeñas filtraciones que al día siguiente se habían convertido en un agujero o en un corte total de más de un metro de anchura.
Proporciones que alcanzó el canal de desagüe por la erosión. |
Frente a la cabaña del km 11 donde vivían los maskoy que trabajaban en el arrozal ecológico. |
Para llegar a todas estas conclusiones, previamente, había recorrido a caballo más de 2.000 km2 saliendo una y otra vez desde el km 11 (era el centro del proyecto), desde el 20, Machete o directamente desde el pueblo, recorriendo a derecha e izquierda del camino penetrando a veces hasta más de diez km en ambos flancos. Entre 30 y 40 veces pasaría por todos aquellos palmerales, aguantando millones de enormes mosquitos que te hacían una transfusión de sangre en cinco minutos. Normalmente eran unos agradables paseos acompañado por Ortiz o Eduardo con los que hice un curso de supervivencia en el Chaco y me enseñaban qué se podía comer y qué no, además de contarme historias de la zona y sobre el comportamiento de los animales salvajes, ya que las tierras que atravesábamos eran territorio del yacaré, el yaguareté, el puma, la anaconda y cien variedades de especies venenosas. Había que tener una especial atención a los toros perdidos por el monte y que se podían convertir en un problema de seguridad ya que eran totalmente salvajes. Especialmente, por esta última posibilidad, me compré un revolver del 38 que me ponía al cinto cuando iba sólo de paseo por el campo, por eso en la foto a caballo del inicio del capítulo hablo de mi similitud a John Wayne y no por lo guapo si no por la "pinta que tengo a caballo,- como si fuera un consumado vaquero-, y la pistola que seguramente llevaría al cinto.
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