miércoles, 20 de febrero de 2013

ARROZ ECOLÓGICO (ORGÁNICO) .2. EN PUERTO CASADO.


El proyecto

En Marzo había regresado a casa y empecé con el proyecto de arroz orgánico (como se le llama en Sudamérica) o ecológico, como solemos enunciarlo por estos lares, para ir perfilando los trabajos y  tener un documento para presentar al Gobierno, los organismos oficiales y bancos.

En el proyecto habíamos adecuado los objetivos reales a unas cantidades posibles de conseguir, pero de todas formas la idea era realizar unas pruebas de campo, sembrando distintas variedades y en distintas fechas, sobre unas 250 has. de desmonte de las que podíamos pensar en 200 has. de tierra útil.
A mi no se me escapaba que las diferencias del cultivo del arroz en las Marismas y en el Chaco serían importantes y mucho más cuanto que intentábamos un cultivo ecológico del que no teníamos ni idea. Por eso esas 200 primeras has. eran la clave para ver si nuestro sistema de cultivo era allí el idóneo o teníamos que aprender nuevas técnicas para acomodarnos a los nuevos climas, tierras, plagas y variedades

El Presidente de Paraguay, sr. Wasmosy, el Ministro de Industria y el de Agricultura en la visita a la zona  donde se iba a realizar el proyecto de arroz orgánico.

En el proyecto que había resumido durante los meses de Marzo y Abril del 94 trataba de explicar cómo íbamos a llevar a cabo, primero la experiencia de las 200 has. para pasar, más tarde, a una gran explotación que fácilmente podía llegar a las 8-10.000 has. Era factible pensar que con la gran cantidad de nutrientes que tiene aquella tierra podríamos realizar las dos primeras cosechas de cada ampliación de arroz ecológico sin necesidad de incorporar abono de ningún tipo y sin tener serios problemas con las plagas.

1ª propuesta para situar el proyecto Casilda.
Lo empezamos por la parte más cercana al pueblo.
Para el control de malas hierbas contábamos con que  el cambio de uso de la tierra de forestal a arrozal, nos daría un margen de tiempo en el que sería fácil el control de las malas hierbas específicas del arroz que al ser acuáticas no habrían prosperado entre el monte bajo y que las típicas hierbas del mismo sería controladas con el alto y continuo nivel de agua del arrozal. Lo cierto es que no fue realmente así y desde el inicio tuvimos gran cantidad de hierbas acuáticas, incluidas la Echinochloa crux-galli que es típicamente una gramínea endémica en todas las zonas arroceras. Seguramente habría sido transportada en el estómago de las aves, ya que  a veces las semillas no llegan a disolverse debido a su  durísimo exocarpio (cáscara) y la pueden transportar cientos de kilómetros. Esta Echinochloa no es la misma variedad que  "disfrutamos" en Europa y que fue importada desde USA con las variedades de la Universidad de California y que aquí la denominamos "cola americana".Y si no tuvimos las ciperáceas , endémicas de nuestras marismas, si me sorprendió que había plantas de papiro que hasta entonces sólo había visto en fotografía. Tuvimos muchísimos problemas con las malas hierbas, si bien en la parcela bien nivelada con láser y sembrada con arroz pregerminado el control fue magnífico y la producción de esa pequeña parcelita ( 1 ha..) sembrada con Taibonent fue superior a los 8.000 kgs./ha. Sin embargo junto a ella, había una parcela muchísimo mayor que estaba muy baja y no pudimos secarla bien y tampoco se puedo nivelar. Allí no recogimos los 8.000 kgs. entre toda la superficie, superior a cinco has.
Para el control de las plagas animales, gusanos, insectos, chinche de campo etc. consideraba que podríamos controlarlos con sus predadores naturales a los que pensábamos cuidar y más adelante potenciar. Para ello sabíamos que necesitábamos un buen equipo de investigación que estuviese atento no sólo a nuestros problemas particulares sino también a toda la investigación mundial en este tema biológico que cada día va superándose ya que la superficie de siembras ecológicas está aumentando de una forma importante especialmente en los países avanzados, donde el consumidor se preocupa por la calidad de su alimentación.
Respecto a los hongos, que podían aparecer, dada la gran cantidad de materia orgánica que hay en el  suelo, la defensa que se nos ocurría era utilizar el mismo tratamiento curativo que se usa en cualquier otro sitio del mundo, que se limita a quitar el agua durante varios días hasta que el terreno queda seco y agrietado, sin llegar a dañar las raices de la planta. La tierra era tan extraordinariamente rica en los elementos minerales vitales para el arroz que había nitrógeno, fósforo y potasio para un montón de años. Claro que había que tener la llave para desbloquearlos y convertirlos en nutrientes que la planta pudiera absorber. Sabíamos que los dos primeros años no sería necesario abonar para obtener una cosecha normal. Más adelante esa tierra ya cultivada dos años podíamos dedicarla al cultivo de arroz no orgánico y éste cultivarlo en las nuevas tierras. Seguro que crecería más rápido la producción de arroz ecológico que su comercialización.
Más adelante contemplábamos la rotación de cultivo con soja y otras oleaginosas que incorpaoraran nitrógeno al suelo. Por otra parte la materia orgánica existía en unas cantidades que más bien podía ser peligrosa   y aquí era donde se nos podían plantear problemas por el exceso que, unido a otras aportaciones naturales, como enterrar el pasto del arroz, podía provocar la pudrición de la tierra al poco tiempo de la inundación.

Paella con el presidente del I.F.C. en Puerto Casado ya sembrada la primera fase.
En el mes de Mayo estaba nuevamente en Asunción pasando a limpio el proyecto para presentarlo a I.F.C., perteneciente al Banco Mundial, es la principal institución internacional de desarrollo que centra su labor exclusivamente en el sector privado de los países en desarrollo.
El día 11 de Mayo estábamos ante Ralf W. Daniels para presentarle el proyecto que le pareció muy interesante y nos dijo que el Instituto podía participar hasta 5 M/U$A del total de 17 millones que calculábamos la inversión total.
La segunda vez que contactamos con el representante de la Institución bancaria de apoyo a la iniciativa privada en Sudamérica, lo invitamos a ver los trabajos realizados y la marcha del cultivo del arroz y, por supuesto, hice una paellita que salió magnífica, como siempre me ocurria cuando cocinaba paella en Puerto Casado. Yo que suelo calificarme las paellas, por su sabor, textura, presentación etc. solamente dos veces en mi vida me he puesto la nota máxima y ambas veces ha sido en Casado, haciendo la paella con madera de quebracho, pollo de "escarbaero" o sea de campo y pecarí, que es el jabalí chaqueño. Después de aquella paella el banco le dio un crédito a Casado S.A., para el arrozal, al que nunca pude seguir la pista, pues ya había mucho dinero invertido que había que cubrir y otros problemas más acuciantes que imagino tenía la empresa.

Trabajos de campo

 Mientras se llevaban a cabo todas la negociaciones, entre los diversos actores del proyecto, se estaba preparando el terreno;  empezando por el desmonte.


Pepito y Ortiz sobre un cartepillar de 1947 que formaba pareja con otro igual para realizar el trabajo de desmonte.

Aunque esta fotografía es de Julio o Agosto de 1995, el cartepillar es el mismo que empezó los desmontes el año anterior. Para realizar este trabajo de eliminar los árboles se colocan dos tractores de orugas, con la pala buldozer, a unos cincuenta metros de distancia entre ellos y en paralelo. Se amarra a ambos tractores una enorme cadena, con unos eslabones construidos con una cabilla del grosor de un brazo de unos cien metros de longitud y que se amarra cada extremo al tiro de cada máquina. Empiezan a caminar en paralelo y todos los árboles y arbustos leñosos que hay delante del tractor los abaten con la cuchilla delantera y el resto, entre los dos tractores, quedan tumbados o semi derruidos. Cuando llegan al extremo de la zona a limpiar, giran sobre su propio eje y vuelven a andar el mismo camino a la inversa con lo que al encontrar los arboles inclinados hacia ellos la cadena va pasando por debajo y actúa como una guadaña, cortando o arrancando de raíz árboles y arbustos leñosos. Posteriormente cuando ya la maleza se ha secado vuelven a entrar los tractores buldozer y con la pala van haciendo grandes montones con la maleza, los árboles y la tierra que éstos arrastran. Después se quema y tras varios días de arder y quemarse el interior del montón, incluso la materia orgánica de la tierra arrastrada, se puede entrar con las traillas para cargar los montones, de esa  fertilísima tierra, por la cantidad de minerales que contiene, y trasladarla a los lugares más bajos. Posteriormente, desde el inicio de la nascencia hasta el final de la cosecha, se notaba el lugar donde había estado cada montón de tierra por la diferencia en altura que tenía el arroz en ese lugar.


Desmonte para siembra de arroz orgánico en el Chaco paraguayo.

Cuando llegamos a Puerto Casado en Agosto del 94 ya había desmontadas y preparadas para nivelar más de 100 has. pero todavía tardamos casi dos mese en poder empezar los trabajos porque los contenedores que traían la maquinaria, la semilla y los tractores estaban cargados y parados en Montevideo esperando que el río Paraguay tuviese suficiente nivel para que el Guaraní pudiese remontar hasta Asunción. Antes habíamos tenido otro mes de atraso por una huelga de estibadores que impidió que el Rolón-Rolón que traía el material desde España pudiese salir de puerto. Por fin tras más de dos meses de tránsito los tractores llegaban a Puerto Casado por su propio pie y el resto era transportado en una barcaza de la empresa. Ya se nos habían pasado los meses de invierno, que son allí los secos, y empezamos los trabajos con las primeras lluvias de la primavera.
Así es un nuevo proyecto en un lugar virgen: cada uno de los que serían pequeños problemas en un lugar ya sufucientemente estabilizado se convierte en un problema irresoluble a corto plazo. Hay que estar improvisando cada día y en cada trabajo.

Preparación del terreno.

Llegada a Puerto Casado para empezar los trabajos de preparación del terreno.
Aquí se aprecian las dos tiras de árboles y matorrales que habían dejado los buldozer. Inmediátamente tras esta foto nos lanzamos al interior de la parcela para ver cómo quedaba el terreno tras el desmonte. Nada más entrar en el campo, a la tercera pisada que di en el interior, se me clavó en el pie una espina de algarrobo que tenia 5 centímetros. Yo, como un buen cateto de capital caminando por el monte, llevaba puestos unos mocasines de paseo con el suelo goma. La espina de algarrobo atravesó la suela de goma como si aquello fuera de mantequilla.¡No podéis imaginaros lo que dolió aquella puñalada! Inmediatamente que llegué al IPS (Instituto de Previsión Social), que allí si nos atendíeron rápidamente y sin preguntar,- esa vez y todas cuantas veces tuvimos que utilizarlo-, me inyectaron un antitenánico que tuve que repetir algún tiempo después para estar cubierto contra el tétanos durante cinco años. Aquell  pequeño, pero penetrante, pinchazo dolió durante más de un mes pues además la espina de algarrobo es "ponzoñosa" o venenosa como diríamos por aquí.

En la foto vemos el tractor de Meseguer con la rastra (grada de discos)  que utilizamos para arar la tierra y posteruiormente para enterrar el arroz sembrrado a voleo con la abonmadora centrífuga.
Tras la quema de arboles y matorrales, entramos con la trailla para repartir los montones por la partes más bajas, para hacer las taipas y carreteras y ahí empezaron los primeros problemas serios. Aunque parezca increíble no había forma de llegar a completar un día de trabajo, especialmente del tractor pequeño que traía las ruedas grandes recauchutadas. Y también las delanteras del John Deere, que eran las normales y teníanpocas lonas y muy finas. Un pinchazo o dos era el pan nuestro de cada día. Más veces no podía pinchar un tractor en el día porque era materialmente imposible. No daba tiempo a desmontar, ir al pueblo, buscar gomería,- taller de reparación de cámaras y cubiertas-, arreglar y volver a montar más de dos veces y eso era casi a diario. Era frustrante, con la enorme cantidad de trabajo y los pocos días que el tiempo nos dejaba trabajar los perdíamos en imponderables que no hubiesen existido de tener un simple tracto de cadenas. La mayor parte de los problemas que se nos planteaban y se volvían irresolubles eran por falta de medios.  La desesperación llegó a tal nivel que preguntamos a los mennos y nos dijeron que ellos montaban una doble cubierta sobre las ruedas traseras en un invento un poco a "contrapelo" Eso hicimos, les copiamos si sistema pero seguíamos sin poder realizar los trabajos de preparación de la tierras. Cada vez que pasaba la grada por algún sitio nuevo arrancaba raíces que cuando se secaban un poco se convertían en dagas que cortaban cuanta goma pillaran. No solucioné el problema hasta que puse un grupo de obreros detrás de cada pasada quitando cuantos trozos de madera se vieran por el suelo, haciendo pequeños montones y quemándolos. Aquel pequeño contratiempo,.- allí y entonces, todo un mundo-, nos había hecho perder un par de meses, que ya no teníamos, pues el tiempo idóneo para la siembra era hasta mediados de diciembre.

Acercando troncos de palmera para construir los puentes sobre los canales de riego y desagüe.

Por ejemplo para salvar los pequeños canales de riego y de desagüe que se cruzaban con nuestros caminos, calculados para sacar el arroz, teníamos que utilizar esos troncos de palmera karanda´y que cuando tiene ya cierta cantidad de años se convierte en una madera muy resistente. Para construir el puente cruzábamos 4, 6 u 8 palos que cubrieran el hueco colocándo los más fuertes en la parte de los carriles y posteriormente cubríamos toda la anchura del canal con palos paralelos, con el mismo, con lo que formábamos un tablero capaz de soportar el peso de un remolque mediano y el tractor. Todo ello lo amarrábamos con cuerdas y con alambres encerados.
Instalación de la primera bomba elevadora de de agua con motor de gasóleo.


Aquí se aprecian las diferentes alturas que debía vencer la bomba de elevación.

Aunque llevábamos dos grupos moto boma, la que está montada, una bomba Ideal, nueva, con un nmotor Fhar Deuz refrigerado por aire, y la  otra con motor Fomoco acoplado de una cosechadora, Como en la primera siembra que sólo pudimos llegar a 25 has. de superficie sembrada sólo colocamos una de ellas pues era más que suficiente, para las necesidades que agua que íbamos a tener. Realmente los problemas de riego, que los tuvimos, fueron por no tener unas taipas suficientemente reforzadas y altas para los desniveles que tenía el terreno y además el barro no era de las misma características impermeables que el que nsosotros estábamos acostumbrados a menejar.
La enorme cantodad de materia orgánica y la arena hacían muy difícil impermeabilizar cualquier muro de contención. Además cuando empezaba una filtración el arraastre era imparable. 

Lugar de la 1ª instalación de las bombas de elevación.
Desde la misma vera del riacho hasta unos cincuenta metros hacia el interior, el suelo se elevaba unos  tres o cuatro metros. Para poder cubrir esa diferencia, más los dos metros de altura del agua dentro del ccanl de riego, con el fin de tener altura suficiente para regar las partes mas altas en el interior de la zona a hanegar, había que elvar el agua entre cuatro y ocho metros en función de la altura de río Paraguay. Parte de esa diferencia la cubrimos abriendo un pequeño canal de toma, a palin y pala pues no teníamos maquinaria idonea y retirándola con la trailla, e instalamos las bombas un par de metros por encima del nivel de agua que veis en la imagen.

Manguera de conexión de la bomba al canal de riego, complementada con tres o cuatro bidones soldados.
La enorme cantidad de arena y materia orgánica que contienen las capas superiores de aquellas tierras las convierte en una masa fácilmente permeable. Para evitar que el agua del canal de riego filtrara nuevamente hasta el río destrozando toda la estructura  contruimos una especie de dique de 8-10 metros de anchura, entre canal de riego y Bombas. Esto funcionó muy bien, en cambio el canal de toma que no era muy profundo tras una lluvia fuerte quedaba totalmente cegado por la tierra arrastrada por las aguas de torrentera. Teníamos que volver a abrirlo a pala con las consiguientes pérdidas de horas de riego que unidas a la falta de elevación de los muros nos causó problemas de riego en algunas de las parcelitas más añtas, que esa primera siembra resultaron de muy mala producción.

El equipo de nivelación láser , con Antonio, Pepito, Carlos y yo.
En la primera siembra sólo puedinmos usar el equipo de nivelación para descabezar los grandes montones y algunas pequeñas alturas que tenían  cerca el lugar donde descargar, ya que no teníamos tiempo para empezar a nivelar todas las parcelas a cero por ciento de desnivel como era nuestra intención, para todo la superficie del proyecto. Si de algo estaba y estoy seguro es que la nivelación perfecta es el trabajo más rentable en el cultivo del arroz y se convierte en totalmente imprescindible cuando se trata de un cultivo ecológico. Es muy dificil controlar las malas hirbas sin tener el control de los niveles en toda la superficie y tampoco se puede pretender obtener cosechas abundantes si no hay una nascencia completa y regular en toda la exstensión. Y todo ello sólo se logra con una buena nivelación láser.
A finales de Enero habíamos conseguido preparar unas diez has de las cuales sembramos 5 de CICA-8 el día 27 y otras 5 que sembramos de SEA-2 el día 30 de enero.


Tras el primer día de siembra. Pepe y Juan Sorrentino, Antonio, Angel y yo.
En la imagen superior vemos a Angel, Antonio, Juan Sorrentino, Pepe2, como le llamaba Angel, para distinguirlo de Pepe1 que era yo, con mi camisa azul. Detrás está el tractor con la abonadora centrífuga, que no se ve en la foto, con la que habíamos sembrado las primeras 2.5 has que sembradmos el 27 de Enero, en un par de dias más habríamos sembrados las dos parcelas de 10 has de Cica-8 y Sea-2. Eran variedades Brasileña, la primera y Argentina la segunda. Eran de ciclo medio-largo y como su floración vino a finales de Otoño sufrieron mucho, pero esto lo dejaremos para el próximo capitulo que dedicaremos al cultivo.


Buscando los granos de arroz enterrados tras la siembra.

Ea esta foto se me ve buscando los granos para medir la profundidad a la que la grada, totalment cerrada, los había enterrado. Estaban en la situación correcta entre 2 y 5 centímetros bajo la superficie. Era lo que pretendíamos, pero no teníamos experiencia ya que ninguno de nosostros había sembrado nunca arroz en seco sobre tierra seca y enterrarlo después. Esta fórmula en nuestras marismal funciona muy mal pues en caso de hacerlo el porcentaje de nascencia sería bajo. Todo lo más que yo había experimentdo es la siembra de arroz en seco, con abonadora o sembradora de precisión, de arroz en seco sobre tierra inundada, donde el grano queda sobre la superficie y la nascencia se produce con normalidad.  Durante el mes de Febrero preparamos otras 15 has que pudimos sembrar antes de final de mes. Estas 15 hectáreas las sembramos de Taibonnet y a pesar de sembralas dos mese fuera del plazo máximo,el comportamiento ante los frios fue mejor que las otras dos variedades, aunque nos tropezamos con otros problemas que contaremos en el próximos post.

Suoerficei de 1ª y 2ª siembra de aroz orgánico.
En esta foto se aprecia la superficie que se sembró en la 1ª y 2ª cosecha. En la partesuperior se distinguen dos parcelas,- marrón y verde-,  que son la ampliación de la 1 siembra. La casa de bombss estaba situada sobre la linea blanca que separa la zona cutivada de el riacho. También se aprecia el canal de riego que partiendo desde las bombas giraba hacia abajo en un angulo de 90º. Donde se pierde su vista volvía a girar otros 90º hacia en centro de la parcela,-  que era la parte más alta-.  para regar a las dos partes. Junto al canal, que lo habíamos hecho a trailla pues no teníamos otra máquina para poderlo realizar, como hubiésemos necesitado, la motoniveladora y una retroexcavadora, habíamos construido un pequeño camino que sólo servía como sitio de paso caminando ya que el arroz lo sacamos por la carreterita que circunvalaba la primera parte sembrada, que partiendo de la bomba llegaba al camino de Puerto Casado por un lado y por el otro hasta el final de la parcela.
En ese caminito central tuvimos un pequeño sobresalto Antonio y yo: Sería en el mes de Abril, pues el arroz estaba alto pero no espigado. De pronto Antonio, que caminaba delante mía, dió un salto de más de dos metros y se desplazó desde la izquierda del camino, junto al arrozal, hasta la derecha señalando con la mano hasta el borde entre camino y arroz. Allí, muy quieta, había una enorme anaconda. A menos de cincuenta centímetros de donde estábamos pasando. Tras su salto vino el mío que no fue menor. Aquel enorme ofidio medía unos 3 metros y medio de largo pero lo más espectacular era que tenia un diámetro por el centro mayor que el de una persona. No había visto una serpiente tan gorda ni siquiera en los documentales africanos. Nos quedamos quietos, observando desde una distancia prudencial, y no le dijimos ni hola ni adios, ni tampoco nos atrevimos a comprobar si estaba viva o muerta. Por desgracia no llevaba la cámara para tomar una foto de aquel monstruo. Regresamos por allí a los tres a cuatro días para ver qué había ocurrido con la anaconda, pero ya no estaba. En su lugar sólo había la piel de un yacaré de unos dos metros que había regurgitado, tras hacer la digestión. En lugar de un caimán exactamente igual se podía haber zampado a algún despistado o incauto que por allí hubiese quedado sin sentido.
Y no penséis que eso no era posible. Los indígenas maskoy que teníamos por allí trabajando y que estaban normalmente acompañados por Antonio, cuando éste tenía que ir al pueblo por algo se acercaban al otro lado del camino donde habían abierto una “despensa” y a cuenta de lo que iban a cobrar el sábado se traían una botella de ron de caña por cabeza y bebían hasta quedar tumbados, en coma etílico, en el almorrón o taipa donde tenían el tajo.
En cambio, las indígenas que iban a lavar la ropa al río, si llevaban una especie de jaula grande de palos donde encerraban a sus hijos pequeños mientras estaban lavando su ropa, pues a los niños pequeños si atacaban las anacondas y por eso tenía que tomar la precaución de encerrarlos en una jaula grande que la serpiente no pudiese arrastrar.
 El próximo capítulo lo dedicaremos al desarrollo del  cultivo y los `problemas con que nos encontramos.







2 comentarios:

  1. Buenas tardes, Me llamo Ines y le hablo desde España porque estamos haciendo un trabajo en la universidad sobre cultivos de arroz ecologico y quería saber si podría contactar con usted para mas informacion.
    Un saludo y muchas gracias

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  2. Siento Inés no haberte contestado inmediatamente pero no había visto tu comentario. Estaré encantado de daros toda la información que tenga sobre el tema Y TODAS MIS EXPERIENCIAS. Lógicamente será mejor hacerlo a través de correo electrónico. Mi email es : pepehermano@hotmail.com

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