Superficies cultivadas y desarrollo del cultivo de arroz orgánico o ecológico..
Angel Cavanagh y Pepe Hermano con el primer arroz ecológico criado en Puerto Casado. |
Angel y yo éramos los principales impulsores de este proyecto de arroz orgánico, puesto que yo había rechazado de plano un proyecto de arroz normal, puesto que la zona no era competitiva con el resto de Paraguay, sin entrar en su capacidad para competir con el resto del mundo. Cuando nosotros abandonamos el proyecto en el 96 hubo una grave crisis de los precios internacionales del arroz y todos los arrocero lo pasamos bastante mal, con la ruina para muchos agricultores arroceros paraguayos. Pero sigo defendiendo que Paraguay tiene unas características únicas en el mundo para aumentar su producción de arroz con nuevas empresas tan competitivas que serían capaces de soportar impunemente cualquier crisis de precios.
Pero ciñéndonos al tema que nos ocupa aquí estamos frente a un arrozal de la 1ª siembra que a simple vista demuestra que la posibilidad de producir arroz orgánico era totalmente viable y detrás nuestro vemos un campo precioso con un arroz limpio y bien cultivado.
Durante los m,eses de Enero y Febrero del 95 sembramos 25, que ya comentaremos sus resultados y en Marzo sembramos otras 15 has. que no se segaron.
Pequeños tallos de arroz ocho días después de las lluvias del 30 y 31 de enero. |
Pudimos sembrar la primera parcela de 5 has el día 27 de enero del 95. La semilla utilizada fue Sica-8 y la densidad de siembra fue de 170 kg/ha. La segunda parcela, también de 5 has la pudimos sembrar 3 días después. Esta también a 170 kg/ha de la variedad Sea-2.
Esa misma noche llovieron 32 mm y al día siguiente cayeron otros 40 mm. de lluvia. Parecían una lluvias caídas a la medida, ya que la tierra estaba bastante seca y se llegó a encharcar, con lo que nos apareció una característica que explicaba lo que yo había leído en un libro sobre arroz editado en Paraguay. No recuerdo el título ni tampoco el autor, pero jamás se me olvidará que en él se afirmaba que allí el arroz no nacía bajo el agua. Aquella afirmación me impactó tanto que nada más situarnos en Puerto Casado construí en el suelo un pequeño cuadrado de un metro cuadrado donde podía llenarlo unos 10 cms de agua y sembré un poco de arroz de la variedad Taibonnet que habíamos llevado desde España. Lo había situado en el patio bajo un grifo de agua del río y el arroz nació bien pero recuerdo que un poco más lento que aquí. Yo lo achaqué a la enorme densidad de limos que traía el agua en suspensión.
El mismo día de la foto anterior, tras ocho días de la siembra y la lluvia, en una perspectiva general. |
En esta foto donde, creedme, todo lo que se ve es arroz se puede apreciar en primer plano que hay pequeños rodales donde no ha nacido. Precisamente son lugares más bajos que se encharcaron con la lluvia y realmente ahí no nació el arroz hasta que estos lugares se secaron totalmente, se agrietó la tierra y sólo entonces nació el arroz. Lo que ocurría siempre aunque hubiesen pasado 20 ó 25 días desde que había nacido el resto que quedaba sobre el nivel del agua. Sólo entonces pude entender lo que quería decir aquel señor que no supo aclarar lo del fallo de nacencia bajo el agua. Puede que fuera uno de los responsables del retraso del sistema de siembra de pregerminado en Paraguay. Eso y el agua tan poco transparente que además aumenta su oscuridad con cualquier movimiento de la tierra a causa del finísimo limo que tiene depositado a lo largo de cientos de años. Sin embargo el sistema de pregerminado tiene muchas ventajas sobre la siembra de arroz seco sobre terreno seco pues al tener que regar o esperar la lluvia tanto el arroz como las malas hierbas nacer a la par y son más difíciles de controlar. Era especialmente interesante para el ecológico ya que no se podían utilizar herbicidas para el control de ciperáceas y "arbolitos".
Estos tallos de arroz tienen 21 día y la principal diferencia es de revelado de los carretes. |
Esta foto pertenece al campo de Pancho en la visita del 92, pero es la que realmente hace justicia al vigor, verdor y salud con la que nacieron las plántulas también en Puerto Casado. La diferencia está en que esta foto se reveló en España con el método tradicional y las de Casado se revelaron en Rochester por el sistema de "revelado en una hora" Valiente invento desgraciado, por su culpa se han deteriorado los cientos de fotos que hice de Puerto Casado y que han perdido todo su color y nitidez. Pero allí el arroz nacía ya con ese color y vigor. Era impresionante ver cómo los tallos al nacer levantaban los terrones y después, en los charcos, donde nacía unos días después, salía entre las grietas o simplemente rompía la costa que se forma al secarse.
También estos tallos tienen 10 ó 15 día. Llenábamos lo antes posible. |
Durante el mes de febrero sembramos 15 has de Taibonnet a una densidad de 170 kgs/ha y a final de febrero, teníamos ha nivelado con láser a cota cero y la sembramos de arroz pregerminado. Esta parcelita de 1 ha fue también de Taibonnet. y la densidad fue de 150 kg/ha. En esto nos equivocamos pues aunque la nacencia fue buena, el hecho de tenerla previamente inundada y estar así durante unos 15 días hasta que el arroz ya despuntaba, el ataquéede las anátidas fue feroz y la siembra quedó bastante clarita. Sin embargo, la buena nivelación y la respuesta espectacular de la nueva variedad en aquellas tierras hizo que ahijase de forma espectacular y realmente, a final de campaña, era la mejor parcela de arrozal, la más pareja y la más limpia y también la más castigada por la plaga de periquitos.
Todavía nos atrevimos a preparar otras 10 has para la siembra de invierno, pues terminamos de sembrarlas a finales de Marzo, por lo tanto floreció en pleno mes de Junio por lo que la cosecha se preveía muy mala y por otra parte nos convino dejarlas como colchón amortiguador para la gran cantiodad de hacienda incontrolada,- burros y vacunos-, y paras intentar mantener alli a las aves granívoras que fueron una verdadera plaga.
Macolla de Cica.8 producida por un solo grano caído junto al borde del canal de riego. |
El desarrollo del arroz fue normal, si bien el Cica-8 se crió más amarillo pareciendo que demandaba nitrógeno,. si bien lo que parece ser es que necesitaba más nivel de agua, ya que las taipas no quedaron suficientemente reforzadas para para mantener el nivel necesario para cubrir las partes más altas de la parcela. En los lugares de nivel correcto el ahijamiento era espectacular entre 20 y 30 matas por grano.como podemos apreciar en la macolla superior donde el ahijamiento era de más de 50 matas, pero también el corazón del piquete estaba amarillo. De todas formas la foto no le hace justicia. Debno tener otro foto de esta mata ya granada que espero encontrar donde se ve el final correcto de toda la macolla. Claro que hay que tener en cuenta que en las veras de los canales de riego, si no le falta el agua las macollas que se crían son siempre espectaculares y con un ahijamiento tres o cuatro veces superior al normal.
Perspectiva desde el centro de la parcela en la 1ª siembra. |
Las `plagas vegatales fueron prácticamente inexistentes, en los lugares que pudimos cubrir correc-tamente de agua y mantenerla durante todo el cultivo. Salieron algunos "arbolitos" ,- hierbas de hoja ancha: Jussiaea Suffructicosa-, que se aprecian en la foto entre el arroz y el margen de tioerra y que al final del ciclo habían desaparecido ya que tienen un ciclo más corto que el arroz.
La cuadrilla de maskoy escardando las malas hierbas. |
Como toda la cantidad que esperábamos recolectar estaba destinada a semilla para la próxima siembra el control de las malas hierbas que se multiplican a traves de la semilla, como la echinocloa europea o americana, fue una cosntante que no abandonamos en ningún momento. Es más yo hace años que tengo declarada una "guerra sin cuartel" a la echinocloa, a los arroces bastardos, que degeneran hacia las variedades genéticas originarias-, y, a las variedades de arroz rojo. Enseñamos a los maskoy a diferenciar estas variedades del arroz que queríamos multiplicar y hicieron un excelente trabajo. El problema con ellos lo teníamos cuando se quedaban solos en el campo. Se iban a por unas botellas de ron de caña a la despensa que habían abierto frente alarrozal y se tumbaban y bebía hasta el coma etílico. Jamás olvidaré la carta que me escri8bió, en correcto castellano, la hija de uno de ellos que estaba estudiando en el colegio de Puerto Casado, que me hacía, personalomente a mi, responsable de las tremendas borracheras que agarraba su padre, ya que al estar trabajando conmigo, aunque yo nuinca estaba por allí, era el responsable de su comportamiento y bienestar. La carta se me perdió pero el impacto que me provocó me acompañará mientras viva. Con el permisdo del alemán ese que nos esconde las cosas cuando nos hacemos mayores.
Esta foto pertenece al día de la visita del Presidente, Ministro de Agricultura y Ministro de Industria al campo donde habíamos realizado ya la priemra siembra de arroz. A medio día preparamos una comida de la que no recuerdo el menú, pero si recuerdo que había langostas cocidas con salsa de marisco y un canapé especial que yo había preparado otras veces y que decía que no compartiría mi receta. El motivo no era "secretismo" si no simplemente que no quería decirles que el secreto de aquel sabor tan especial y que tanto les agradaba erael resultado de mezclar el contenido de la cabeza de la langosta con salsa rosa, alguna langosta desmenuzada, huevo duro y un toque de vino blanco. Así suelo preparar los bueyes de mar cuando tengo la suerte de poderlos encontrar vivos, pues si son congelados tienen un sabor distinto, muy fuerte, aunque les quites el vino. No podía compartir la receta pues si les decía que el canapé llevaba el contenido de la cabeza de la langosta más de la mitad de los comensales, que decían que estaba buenísimo ese trozo de pan tostado preparado untandole la salsa espesa de la mezcla, podía haberles hecho pasar un mal rato ya que el marisco no es un manjar en la dieta mediterránea del Paraguay. Tanto es así que un periodista que acompañaba al séquito y que no había probado el marisco en su vida tuvo un ataque alérgico y hubo que inyectarle urbasón y tuvimos que subirlo a la avioneta y enviarlo a Asunción. ¡Con más de teinta años y no sabía que era alérgico al marisco! Y eso que la langosta era de agua dulce a la que solamente introducíamos los últimos quince días, antes de consumirla, en agua salada para intentar que tuviese algo más de sabor.
Vista aérea de parcelas 1ª siembra. |
Parte mala de parcelas 1ª siembra. |
Estas son las últimas parcelas que sembramos, ya en el mes de Marzo, y pueden verse trozos donde el arroz a llegado a madurar, era Taibonnet de ciclo más corto que las otra dos variedades, y otras partes donde la hierba se ha apoderado de casi la totalidad de la superficie. Toda esta última parte no la segamos pues en esa primera siembra no teníamos la parcela rodeada de alambre de espinos y aunque pusimos una valla eléctrica, los burros del pueblo parece que no le tenían mucho temor ya que no paraba el asalto contíno de burros, vacas y caballos. También la dejamos como colchón donde dejábamos tranquilos a los periquitos cabeza negra para que respetasen el resto del Taibonnet que estaba bastante bueno y lo estaban triturando con sus picos especialmente diseñados para poder pelar el arroz, dejando la cascarilla en el suelo y comiéndose sólo el blanco.
Taibonnet 1ª siembra. |
En esta podemos ver el arrozal que se crió de la variedad Taibonnet, sembrado en el mes de Febrero, fuera de época normal de siembra en el hemisferio sur, pero que nosotros salvamos gracias a que estábamos en la misma linea del trópico de Cáncer y de que ésta variedad de ciclo medio era mucho más resistente al frio que el Cica-8 y el Sea-2. A la derecha de la foto vemos la apertura producida, en el arrozal al paso de los escardadores, que sólo queda de esa forma cuando el arroz está bastante espeso y las espigas son pesadas por estar bien granadas. También es perfectamente visible lo limpio que está de malas hierbas y sólo al final se aprecia una parte verde que no es sólo causa de las malas hierbas sino que también está teñida de verde por el color de los periquitos que atacaban en bandadas superiores al millar de pájaros.
Esta plaga y la de palomas torcaces que atacaron la semilla de siembra, que no quedaban bien enterradas, en la segunda cosecha fueron las únicas plagas animales que tuvimos que sortear. La de periquitos la controlamos mediante aparatos de ultrasonidos, en la primera siembra ya que en la segunda no fue necesario, y la de palomas sólo la sufrimos durante los días tanscurridos entre la siembra y a inundación de las parcelas. Los periquitos no los probé, por miedo a la psitacosis, pero con las polomas hice tres o cuatro arroces caldositos, al estilo de los arroces con pato marismeño, que estaban deliciosos. Sufrimos otra plaga, que no afectó para nada, que fue la de la chinche de campo que pica el arroz cuando el grano está en estado lechoso y que si es muy abundante puede llegar a convertirlo en "no apto para consumo humano" Por esa razón teníamos que cuidar los pájaros pues son su enemigo natural y lo que hoy nos parecía una plaga mañana podia ser la solución de un verdadero problema.
Bandada de periquitos posándose sobre el arroz para pelarlo y comerlo. |
En Puerto Casado podría haber una colonia de 10/20 parejas de periquitos que vivían allí todo el año. Frente a mi dormitorio, en el jardín de la Casa Directorio, tenía un cocotero donde vivía una de esas parejas y que amenizaba, agradablemente, todos los amaneceres, aunque en realidad no callaban en todo el día. Pero en el momento que se iniciaron a dorar las espigas, empezó un crecimiento aritmético, es decir, todos los días se multiplicaban por dos. De tal forma que una semana después, de iniciada la maduración, se reunían allí, cada día, un millar de cotorras y otros tantos tordos y entre 8 y 15 días más tarde teníamos unos 2.000 tordos y 12 ó 14.000 periquitos.
En los primeros días pedimos a un grupo de chiquillos,, con tambores y otros artefactos ruidosos que, se paseasen por las taipas realizando el máximo ruido posible. No dió en más minimo resultado. Reforzamos con espantapájaros, con los indígenas que teníamos escardando y algún cañón de carburo que nos agenciámos no sé de donde. No le hacían el más minimo caso a niños y mayores con sus chillidos y ruidos y "defecaban graciosamente" encima de los espantapájaros y de los cañones de carburo. Aunque en la casa también teníamos una escopeta de repetición, de cinco cartuchos, tuvimos que comprar otra escopeta para espantarlos mediante tiros desde lejos para asustarlos al sintir pasar los plomos cerca ya que no buscábamos la exterminación de aquellos animaltos que no tenían otra comida en toda la región y que se convirtieron en plaga en la siembra de invierno, pues cuando maduró el arroz no había otro tipo de grano en todo el Chaco. No sirvieron de nada las escopetas, ya que podíamos matarlos, pero no asustarlos como era nuestro objetivo. Al final y después de probar todo lo imaginable para repelerlos, recordé una película de la II Guerra Mundial donde los americanos habían tenido que recurrir a los ultrasonidos en la Isla de Guam para convencer a los pelícanos que abandonasen la pista de aterrizaje recién construida y que se negaban a abandonar. Nosotros tuvimos que recurrir a aparatos emisores de ultrasonidos para poder persuadirlos de que no podían comerse todo el arroz. Lo más curioso y también lo más triste del episodio de Guan es que una plaga de serpientes, introducida desde indonesia por algún barco, de forma involuntaria, ha terminado con todas las aves, ranas, lagartijas y otras presas y ha convertido la Isla en un paraiso para las serpientes donde no tienen un enemigo natural. Realmente hay que tener mucho cuidado en exterminar un eslabón de la cadena trófica o introducir una nueva especie pues el resultado es imprevisible.
La cosechadora de Pancho que venía desde San Juan Bautista. |
Para cosechar la primera cosecha, que hemos dicho que recogimos de unas 25 ó 26 has de arroz, ya que las últimas 10 que sembramos no pudimos segarlas, vino nuestro buen amigo Juan Francisco Caballero Chavez, que transportó su cosechadora para segar aquellas parcelitas, pues aunque fuera poco y los transportes encarecían todo, no teníamos otro remedio que recolectarlo, pues además era la semilla para las próximas cosechas. Tuvimos arroz de sobra, de las tres variedades para sembrar las 110 has en total entre la parte que sembramos Antonio y yo y la que sembraron los hermanos Sorrentinos que en esta segunda cosecha quisieron llevar sus tierras independientes.
La segunda siembra.
A partir de Septiembre de 1995, iniciamos la segunda siembra del año, precísamente sobre la parte que habíamos segado en Julio.En total sembramos en Sbre. Otbre. Nobre y Dbre alrededor de 110 has y otras 15 has que conseguimos preparar y sembrar en febreo de 1996, que no recuerdo que pasó con ellas, pero no las segaríamos puesto que dejamos el proyecto en Mayo de ese año.
En septiembre habíamos logrado medio-preparar las primeras 40 has sobre la siembra anterior. A la tirra no pudimos hacerle mucho trabajo de nivelación pues el rastrojo no dejaba que el láser pudiera nivelar y nos limitamos a quitar con la trailla los cerros más significativos y transportarlos a los bajos. La sembramos en seco con la variedad Taibonnet que tras la multiplicación en Paraguay le cambiamos el nombre por Casilda.
2ª instalación de la boma, situándola más cerca del río. |
A la vuelta de uno de mis viajes a España, donde pasaba 20-25 dias cada tres o cuatro meses, me encontré con que habían cambiado la toma de las bombas porque el canal de toma se había cegado de barro en una copiosa lluvia. Para evitar futuros taponamientos de la toma que se producían porque nunca tuvimos una retroescavadora que preparase convenientemente el trocito de entrada, limpiando bien la ría de entrada y construyendo, con esa tierra, un par de muritos laterales que evitasen que las agua de lluvia retorrnasen al río por esta parte cegando la entrada de agua. Por esa razón el ingeniero Oeyen decidió cambiar la toma situando las bombas sobre un lateral elevado y lejano al canal, con lo que las bombas, que estaban fabricadas como bombas de aspersión, trabajaban como bombas de presión para envíar el agua por la pequeña tubería de plástico, hasta el canal de riego.
Perspectiva de la toma desde el canal de riego. |
Esta solución, de meter la aspersión en una balsa sobre el río, es muy usada en los riegos arroceros del Paraguay. Estábamos convirtiendo unas bombas de asspersión, cuya máxima elevación es muy limitada en bombas de presión con la consiguiente pérdida de caudal. Los problemas de riego se agravaron especialmente cuando una de las bombas se le estropeó la inyección. Durante el riego de primavera y verano no llegó a salarse el agua ya que las lluvias mantenían un caudal muy regular en el Cañadón Reservista que era el que alimentaba diréctamente el brazo donde teníamos instaladas las bombas.
Taibonnet o Casilda de segunda cosecha. |
Las ochenta has que llevábamos Antonio y yo las sembramos todas de Taibonnet, que había ameritado mejor comportamiento que las otras dos variedades, además de tener un ciclo mucho más corto. Mientras en España tiene un ciclo de 130/140 días alli se criaba en 10 días menos. Como tardaba en llover, tras la siembra, dimos un pequeño riego para facilitar la nacencia. Como en la primera siembra, los charcos no nacieron y volvimos a resembrarlos con arroz pregerminado que se comieron los patos y otras aves quedando en blanco esos lucios. Además, en las primeras 40 has que sembramos nuevamente sobre el terreno ya cultivado, la multiplicación de las malas hierbas fue espectacular, pues estaban sobre el terreno las semillas de la primera siembra y con el sistema de sembrar en seco las malas hierbas nacen a la par del arroz y normalmente se desarrollan más deprisa.
Ayudó bastante a crear problemas la rotura de una de las bombas que se sumaba a las dificultades de toma que llegó a paralizar e incluso secar algunos cerros de arroz. En cambio lo que había podido mantener unos niveles normales estaba realmente bueno. Esto es algo que ya sabíamos de antemano pero como hemos dicho al principio, un pequeño problema en una zona tradicional arrocera se convierte en un grave problema en medio del Chaco a 600 km de ninguna parte. Siendo, ninguna parte Asunción que no era nada en arroz en aquella época y muy poco en estos momentos, pues las zonas arroceras están más al sur.
Espiga de Taibonnet de segunda cosecha Chaco. |
Las otras cuarenta has que sembramos, Antonio y yo, sobre tierras nuevas mostraron un comportamiento buenísimo. Donde no faltó el agua en ningún momento se controlaron bien las malas hierbas y la cosecha era superior a os 6.000 kg/ha, si bien la media general no ha llegado a esa cantidad pues muchos lugares pasaron dos fases críticas por falta de agua. La primera fue poco después de nacer y la segunda en el período de floración, el moemnto en que la planta está más débil.
En estas segundas siembras hubo un par de hechos destacables: el primero que no aparecioeron los periquitos pero, en cambio, "disfrutamos" de una enorme cantidad de gorriones y tordos. La otra circunstancia que nos pilló desprevenidos fue en los sitios donde sembramos Taibonnet sobre rastrojo de Cica-8.
Junto con el Taibonnet sembrado nació un 50% más de plantas que eran de Cica-8 caído de la primera cosecha. Como el ciclo de éste último es más de treinta diás superior al primero, cuando maduró el Taibonnete al Cica-8 le faltaban 30/40 días y tuvimos que esperar a que éste madura para evitar tener un arroz con un altísimo porcentaje de verde, que lo convierte en un arroz malo para blanquear. Pero lo más raro e inesperado vino durante esos días. Al madurar totalmente el Taibonnet y terminar su ciclo empezó a ahijar por el primer nudo y ese tallo nuevo espigó rapidísimamente y empezó a granar. Tuvimos que segarlo antes que llenara pues aquello se convertía en el cuento de nunca acabar.
Lo que quedó evidente es con la vitalidad del arroz, en aquel lugar, se podía volver a cosechar 40-50 días después de segar la cosecha normal y recoger una pequeña segunda cosecha sin hacer otro trabajo que tener nivel de agua.
Curro en su máquina cosechadora que cosechó el arroz de la 2ª cosecha. |
Esta fotografía se realizó en los días de la famosa asonada del Marzo Paraguayo. Ese mes estaba yo en Santiago del Estero intentando un acuerdo con una cooperativa de la zona para arrendarles la desmotadora y comprar algodón y desmotarlo para Eurosemillas. Como el acuerdo societario requería una reunión, que tenía que contar con un plazo minimo de convocatoria, me sobraban 20-30 días hasta que se aprobase por la Asamblea los acuerdos que ya habíamos previsto con la Junta Rectora.
El día anterior al asesinato del Vicepresidente Argaña,- el lunes 22 de Marzo de 1999-, salía del Hotel España en dirección al Chaco para pasar unos días por allí con los amigos. Asi que al día seguiente, por la noche, cuando salió en televisión "el asesinato y posible golpe de Estado" apareció en primer plano mi hotel con un tanque en la puerta. El susto de mi familia fue descomunal, pues yo había dejado la maleta grande en el hotel y el capullo que estaba en recepción no era capaz de aclarar que yo había abandonado el hotel, el día anterior, para volver en una semana,
Tardé tres días en poder comunicarme con mi familia, pues en el Chaco sólo podíamos comunicarnos dentro de Paraguay a través de la centralita y aunque el tema es muy interesante no creo deba meterlo en este capítulo.
Silva al volante del primer camión de arroz que sale de Puerto Casado. |
El arroz de la primera cosecha lo secamos en el solar de una nave derruida por el viento que tenía un suelo de losetas, donde no podía entrar el tractor, por lo que los trabajos de extender y recoger los hacíamos a mano. Por cierto que uno de los días de secado, no recuerdo si en la primera o segunda siembra, nos cayeron de golpe más de 150 mm. Sobre el campo de fútbol,- junto al solar-, había más de medio metro de agua y el arroz extendido quedó totalmente sumergido. Gran parte de la segunda cosecha la llevamos fuera para secarla en un secadero mecánico y posteriormente pelarlo y envasarlo en envases de plástico como arroz ecológico. De todos estos temas de molino y comercialización se encargó Angel por lo que mi memoria no da para mucho más.
Secadero mecánico, que se instaló después de salir nosotros, con Antonio Haro director de la empresa en Puerto Casado. |
Cuando nosotros abandonamos el proyecto, por las enormes tensiones de tesorería y por la falta de medios a la que etábamos sometidos, la empresa se buscó otros socios argentinos para continuar sembrando arroz normal y entonces sí empezaron a aparecer los elementos eseciales para poder realizar un cultivo notrmal y poderlo secar y almacenar. Aquí podemos ver el secadero mecánico que se montó para la campaña 96/97, donde se puede apreciar que no había tolva de recepción, ni tampoco tenían sitio donde enfriar el arroz antes de almacenar con lo que, según me decía Curro, se les calentó en el amacén el primer año y el segundo, como se había averiado el termostado, y secaron a "ojímetro" tostaron,- literalmente-, el arroz estropeandolo y quedando sólo para pienso.
Según, mi buen amigo, Curro Romero se sembró durante tres campañas más, siendo la del 99 la última. En todas ellas tuvieron también un percance u otro por lo que cada año les costaba el dinero mantenr el cultivo. Su producción media era inferior a la que conseguimos nosotros pero de arroz normal pudiendo utilizar abonos, herbicidas e insecticidas, aunque como no tenían mucha idea del cultivo no realizaban los trabajos, ni utilizaban los pesticidas en el momento oportuno.
Conclusiones.
El grupo de españoles que nos embarcamos en el proyecto de arroz ecológico, por diversas circunstancias, habíamos llegado a la conclusión de que no estaba resultando de acuerdo a las expectativas. La falta de medios impedía que pudiésemos desarrollar la actividad normalmente y la penuría económica de la empresa no hacía otra cosa que complicarnos la vida a cada paso. Por otra parte, una vez demostrado que se podía hacer arroz, lo más conveniente para ellos era que abandonásemos ya que así se librarían de cumplir los compromisos que se habían tomado si aguantábamos tres años realizando las siembras.
Tras nuestra experiencia y las siguientes quedó claro que era posible el proyecto orgánico, teniendo la posibilidad de vender entre el 50% y el 100% más del precio normal, siempre y cuando el proyecto estuviese apoyado por nuestro propio Centro de Investigación, pues estábamos en un terreno, unas condiciones y un producto (ecológico) que desconocíamos. Ya en la priemra y segunda cosecha vimos que poner gasoil, arreglar una rueda, poner un embrague o disponer de algún dinero se convertía en una misión complicada. ¿Quién puñetas podía pensar que había la posibilidad de tener el Centro de Investigación de apoyo?
Con los resultados de las tres siguientes campañas de arroz normal, también quedó claro, que no se podía producir a precios competitivos y mucho menos con la dirección que tenían, que dejaba mucho que desear, ya que su incompetencia y los consiguientes desastres de cosecha procuraba endosárselos a la cosechadora diciendo que iba tirando arroz, lo quemaban por no tener ni idea de secado o perdían importantes cantidades por la sal,- que llegó a matar una parte cultivo por salinidad sin que llegasen a enterarse de qué se estaba muriendo el arroz, lo curioso del caso es que después de seco al entrar nuevamente el agua, retoñó y llegó a segarse un mes más tarde que el resto- y todo ello a pesar de que les había dejado un informe, a los directores, de porqué se salaba el Cañadón Reservista cuyo efecto llegaba hasta la nueva toma que les había previsto para la ampliación.
En resumen, el Chaco, tierra implacable con hombres y plantas, dispone de agua, tierra y clima para realizar una excelente cosecha de arroz pero solamente sería rentable si existiese allí una gran zona productora que permitiese las instalaciones necesarias para convertirla en un sitio competitivo y, eso, hoy por hoy, me parece una auténtica barbaridad ya que habría que terminar con una zona boscosa y ganadera, cuando tenemos en Paraguay las mejores tierras ociosas de todo el mundo para cultivar arroz, sin tocar bosques ni humedales.
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