jueves, 18 de junio de 2020

EL MUNDO DEL ARROZ IV. CAMPAÑAS DE RIEGO CHG: 2018-19 Y 20


LAS CAMPAÑAS DE RIEGO EN ISLA MAYOR AÑOS 2018 - 19 Y 20



En este gráfico, del 16 de junio de 2020 que actualiza y envía semanalmente la C.H.G.,  podemos ver la situación de los embalses durante las tres últimas campañas y el promedio de los últimos 10 años. En el cuadrito superior derecho podemos identificar, por los colores, la situación semanal de los embalses cada año. En el margen Izquierdo nos da el volumen embalsado, en Hm3, de toda la cuenca, -teniendo en cuenta que aquí están sumadas las reservas para abastecimiento de la población, la de los pantanos adjudicados a una comarca concreta y el agua destinada a la R.G. (regulación general) de la cual riegan actualmente unas 200.000 has, entre las que se encuentran las 38.000 de arroz. La línea numérica inferior, del 1 al 51,  corresponde a cada semana del año empezando por el 1 de Enero. (Hay que destacar esta fecha porque el año hidrológico en España inicia en 1º de Octubre y finaliza el 30 de septiembre) Es decir que si queremos conocer la situación de los embalses al 1 de Mayo, fecha crucial para conocer la situación para la campaña que empieza, aproximadamente en esas fechas, tendremos que ver el agua disponible entre las semanas 16 y 17. No perdamos de vista que el dato facilitado por la CHG corresponde a la totalidad del agua embalsada, pero sabemos que la proporción del agua total y la de RG mantiene, más o menos los mismos porcentajes. (Por ejemplo este año, a mediados de Junio, podemos ver que disponemos de unos 100 Hm3 menos que la pasada campaña y si comprobamos que en Junio de 2019 la RG tenía el 43.42% de su capacidad y este año está en el 41.57%, quiere decir que los 100 hm3 menos que disponemos en la actualidad corresponden, en su totalidad a RG.) Tampoco perdamos de vista que cuando llegamos a la situación de extrema sequía las reservas de agua serán prioritarias para atender las necesidades de la población, el mantenimientos del caudal ecológico y de los árboles; a los que se les suministrará el agua necesaria para el mantenimiento vital del árbol, aunque no la que precisa para tener una producción normal.

Si estudiamos la curva de puntos, que nos muestra la situación del promedio de los embalses en los últimos 10 años. Podemos apreciar que los máximos corresponden a los meses de Abril, Mayo y Junio, -cuando las lluvias de invierno y primavera, con el deshielo, tienen la mayor aportación y el menor consumo-. Cuando empieza la campaña de riegos, normalmente en Mayo, la aportación de los veneros se estabiliza con el consumo, para riegos y otros usos.  Sin embargo en 2019, los veneros no aportaban el agua suficiente y los desembalses merman rápidamente sus reservas, desembalsando el agua necearía  para el llenado de las parcelas de arroz y a su vez mantener el tapón salino en el tramo que permite que ese llenado se realice con agua dulce. Desde junio, semana 25, hasta Septiembre, semana 36, no hay aportaciones de lluvia y solo desembalse por lo que se llega a los mínimos anuales de reservas. Continuarán bajando las reservas hasta finales de Octubre cuando suelen caer las primeras lluvias que son de suficiente entidad como para saturar el terreno en empezar a aportar agua a los embalses. Las lluvias de finales de otoño y primeros de invierno son, en años normales, las que suelen aportar la mayor parte del agua a los embalses andaluces.

Una vez conocida la aplicación práctica de los datos del cuadro estudiaremos “el milagro”  de la siembra de las tres últimas campañas.

Las campañas 2018-19 y 20 han sido las campañas más atípicas de la historia de la Isla, que yo recuerde. Por motivos climatológicos hemos batido records históricos respecto a los tiempos para la preparación de tierras para la siembra.

En 2018, a primeros del mes de marzo, no teníamos ninguna posibilidad de poder sembrar por la falta de reservas de agua en los embalses. Afortunadamente Marzo y Abril fueron dos meses de precipitaciones record. Muchas veces las lluvias de primavera nos habían salvado la cosecha del año en curso, pero jamás había llovido como éste año que nos garantizó la siembra del 2018 y 2019. A mediados de marzo ya sabíamos que podíamos sembrar aunque la CHG no lo autorizaba, lo que nos producía una incertidumbre en la selección de semillas. Las tierras se prepararon durante el mes de Mayo y las siembras no pudimos realizarlas hasta finales de Mayo y la primera quincena de Junio.

2019 fue un año con primavera y verano extremadamente secos. Batió el record desde que existen datos, y eso  permitió que las tierras de labor del arroz estuviesen preparadas, totalmente, a falta del abonado, en el mes de Abril, algo desconocido en este sector donde nos obligan a tener los campos inundados hasta mediados de Enero y es muy normal que tengamos precipitaciones primaverales, aunque este año brillaron por su ausencia. A pesar de esta circunstancia, favorable para poder iniciar una campaña de siembra muy temprana y aprovechar las aguas de escorrentía normales de la primavera, la CHG, negaba el permiso de riego ya entrado el mes de Mayo, ya que estaba comprometida por su propio calendario de la Comisión de Desembalses. Cuando se fijó la fecha de la Comisión, para fijar las dotaciones, era probable que hubiese restricciones en las dotaciones de riego y la CHG no quería autorizar el riego del arroz en la totalidad de su superficie. Esta circunstancia impedía aprovechar las escorrentías del río para llenar la zona arrocera ya preparada para la siembra y solo ante las presiones de los regantes arroceros se permitió iniciar la campaña de riegos el 4 de Mayo, proponiendo la CHG una planificación de las Comunidades, para evitar una subida incontrolada del tapón salino. De esta forma se autorizó la puesta en marcha de las bombas por sectores y a lo largo de unos 15 días. Eso permitió iniciar el riego y la siembra, el 5 de Mayo para las pequeñas tomas, y totalizando los riegos para mediados de Mayo, permitiendo que las siembras se realizasen, en su gran mayoría antes del 20 de ese mes.

La cosecha de este año (2019) de Las Marismas del Guadalquivir ha sido enormemente irregular debido a la calidad del agua de las distintas comunidades. Para el análisis de los resultados debemos tener en cuenta que los riegos de la Comunidad de Queipo, dada su situación terminal en el río y los de Ermita-Cantarita  han estado regando en un promedio de 2 gr/l de sal (en marea baja) hasta final de campaña y eso indudablemente  a tenido una repercusión negativa en el resultado de la producción final de Kg/ha aunque las cifras teóricas de producción que ofrecí a Santa Sofía, sobre el cálculo de mermas en la producción de esta Campaña, a mediados de Septiembre, cuando terminé mi informe sobre cálculo de daños en la producción de este año sería entre los 40 y 50 millones de Kg menos que una campaña normal. Terminada la Campaña no encontré motivos, ni datos fidedignos,  para cambiar este pronóstico. En todo caso puede que el resultado haya sido algo peor puesto que la mejoras de la salinidad del río, normalmente en Septiembre, este año no se produce hasta Octubre, con lo que la pequeña mejoría, que yo esperaba al cuantificar daños no tuvo lugar y posiblemente las pérdidas fueran algo superiores.

En esta campaña de 2020, la situación de los embalses a finales de la campaña de riegos de 19 era similar a los inicios de la campaña 18, con la diferencia que teníamos la esperanza de las lluvias de otoño-invierno y las de primavera.  La suma de las aportaciones a los embalses de las lluvias totales, incluidas las primaverales, ha sido de unos 1.200 hm3, insuficientes para una campaña de riegos normal y en la Comisión de Desembalse de primeros de mayo se aprueba una dotación para el arroz totalmente insuficiente para poder regar la totalidad. Pero nuevamente el “pequeño milagro” de las lluvias primaverales acudieron a salvar la grave situación. De forma excepcional estuvo lloviendo intermitentemente toda la primavera, marzo, abril y mayo, en pequeñas dosis y espaciadas, como enviadas ex profeso para sacar unos cultivos de secano impresionantes. Pero las cuantiosas lluvias de Abril y primeros de mayo, totalmente inusuales en esta zona y que aportaron poco agua a los embalses, dejaron las tierras tan saturadas de agua que en algunas parcelas no se pudo entrar a cultivar hasta finales de mayo. La potencia de los nuevos tractores y la enorme capacidad de trabajo de la nueva maquinaria agrícola, más el trabajo de 24 h. sobre 24 h y sin interrupciones de fiestas, ni siquiera para comer, han hecho posible que la gran mayoría de Isla Mayor esté sembrada al 15 de Junio. Solo quedan algunas parcelas de las zonas más bajas y que pertenecen a la última de las comunidades a las que se autoriza el riego las que están sembrando estos días.

Aunque la lluvias de abril y Mayo aportaron muy poca agua a los embalses si fueron muy importantes para el ahorro del agua a desembalsar para siembras y primeros riegos, ya que la mayoría de los cultivos de verano y los árboles no tuvieron necesidad de desembalses durante toda la primavera.. Ese ahorro de un 20/25% del agua embalsada ha permitido a la CHG aumentar la dotaciones de riego en una cantidad suficiente para que la mayoría de cultivos de la Cuenca tengan garantizado el riego, si es un año climatológico normal. Nuevamente el problema se le va a presentar a los finales de riego de la Margen Derecha de la Isla Mayor. Espero y deseo que la CHG sea equitativa en el reparto de agua y tenga en cuenta que la dotación de la Margen Derecha debe ser la misma que el resto de la cuenca, más el agua necesaria para mantener el tapón salino en el lugar oportuno para que, el agua salada, no mate el arroz, incluso antes de poder espigar, como ocurrió en la pasada campaña.

Pepe Hermano

Isla Mayor 17-06-2020

Continuación al informe de de 17 de Junio.

A pesar de disponer de menos agua, en Regulación General, que la pasada campaña, una mejor distribución de las dotaciones por parte de la CHG, aportando más agua en el momento de llenado y en la floración (agua que ha sido descontada de las dotaciones medias correspondiente al resto de meses de riego) y a pesar del esfuerzo de las comunidades,- reestructurando su red de desagües-, para obtener un mejor aprovechamiento del agua desaguada (derivando el agua de desagüe de las comunidades, al Norte del canal de Casa Riera, hacia el Sur de forma que las bombas de re-elevación pudiesen aprovechar esas agua de desagüe, -mejores que las del río en las tomas bajas-, los resultados de ambos esfuerzos combinados no fueron suficiente para que las Comunidades de Ermita-Cantarita y Queipo tuviesen un agua en condiciones mínimas para obtener una cosecha decente.

Jamás vi en Isla Mayor unos arrozales tan cambiantes en las perspectivas para poder predecir cómo iba a ser la cosecha.

-La nacencia fue buena, por el abundante desembalse para bajar el tapón salino y, a su vez, neutralizar la sal de los primeros campos llenos y ya desaguando aguas saladas,- restos de la sal acumulada por la evaporación del agua salada y concentrada que resulta obligatoria para obtener el beneficio de la Ayuda Medio-Ambiental-. En este aspecto ha sido determinante la buena temperatura de la primera mitad del mes de Junio, fecha en la que se ha realizado la mayor parte de siembra de esta campaña. Pero ya la segunda mitad de Junio, Julio y parte de agosto, la CHG aplica el recorte del agua que había soltado de manera extraordinaria y el arroz denota esa subida de salinidad mostrando una preocupante quemazón en las plantas. Nuevamente la CHG, de acuerdo con las comunidades, aumenta la dotación en Alcalá,- a costa del agua restante para terminar la cosecha-, para permitir que el arrozal disponga de agua aceptablemente buena en el momento más delicado de su ciclo, “el preñado o formación de la espiga”. Nuevamente se nota una clara mejoría en la salud de la planta, teniendo en cuenta que este proceso de buena nacencia, deteriorado desarrollo y mejoría en el espigado, solo ocurre en las comunidades bajas de las tomas del río, pues en La Margen Derecha, Puebla y Mármol, el desarrollo del cultivo no ha tenido altibajos en la salubridad de sus arrozales. Finalizado el período de gracia, unas providenciales aguas de Agosto que permiten mantener durante diez días caudales entre 40 y 50 m3/seg, en la Presa de Alcalá son suficiente para mantener esa esperanza de obtener una cosecha decente y, es más, personalmente pensé que así iba a ocurrir pues el dorado de la espigas y la aparente salud de las hojas, a vista de pájaro, era muy esperanzadora.

Tenía yo la esperanza que el mes de Septiembre trajese consigo la mejoría de la salinidad del río que ha sido constante durante los últimos cincuenta años, pero que ya hace algunos,- no los tengo controlados-, que esa regla está fallando sencillamente por la desorbitada limpieza de la canal de la ría fluvial del estuario. De tal forma que a partir de Septiembre y Octubre la salinidad del agua en la toma de Mínima es de un promedio de unos 3 gr/l y la de Queipo supera los 4 gr/l. Solamente se podía tomar agua en los mínimos de marea baja cuando la salinidad bajaba hasta los 2 y tres gr/l respectivamente. Viendo la salinidad y mirando el campo no entendía como no estaba ya marchitándose el arroz, pero cuando me acerqué con ojo crítico a los finales de riego de las parcelas de Queipo y Ermita-Cantarita los daños ya eran evidentes, si bien este año no me atrevía a lanzar una cifra con los daños totales, como sí hice la pasada campaña, pues eso requería un trabajo de investigación de campo que no estaba dispuesto a realizar.

Pero de una forma “nada científica” me atrevería a decir que la merma general en todas Las Marismas, -por el hecho del retraso en la siembra-, está entre los 500 y 1000 kg/ha. y en las 8.000 has de finales de riego debemos añadir a esta cifra otros 1000/1500 kg/ha por los daños en salinidad. Solo las Cooperativas y los datos de la FAS podrán aseverar o corregir la veracidad de este cálculo.

La situación del agua embalsada a finales de diciembre es la siguiene:



No hay comentarios:

Publicar un comentario