martes, 2 de septiembre de 2014

HISTORIA DE LAS ASOCIACIONES EN ISLA MAYOR. FSAAE


HISTORIA DE LAS ASOCIACIONES EN ISLA MAYOR - FSAAE


1.-ESTRUCTURAS ASOCIATIVAS EN ISLA MAYOR HASTA 1976


Contaré aquí la historia del asociacionismo de Isla Mayor en dos apartados, si bien es obvio que estará nuestra historia, tmbién es evidente que estará totalmente entrelazada con todas las de las Marismas del Guadalquivir y en muchos casos con el resto de España.
El 1º se referirá a las organizaciones anteriores a la entrada de la Democracia y que alguna de ellas llega hasta nuestros días: FSAAE, Hermandad De Labradores y CAS (Cooperativa Arrocera del Sur).


El 2º definirá el rol del Nuevo Asociacionismo que se afianza tras la Constitución del ´78.
Pretendo, como siempre, ser objetivo, consciente de las dificultades que conlleva contar la historia en primera persona, pero si omito parte de la verdad no será para tapar mis muchos fallos y defectos si no más bien para evitar subjetivar los fallos de las personas que ya no están con nosotros,  a las que respeto a pesar de nuestros enfrentamientos y a las que reconozco su labor en la titánica tarea de sacar adelante este proyecto “poco menos que imposible”.



1.1 - FSAAE: Federación Sindical de Agricultores Arroceros de España.


Aunque remozado y pintado, éste es el edificio que yo recuerdo desde siempre como la sede del Sindicato arrocero de Puntal ó Villafranco ó Isla Mayor donde siempre ha sido LA sede de todos los movimientos de la zona hasta los grandes cambios asociativos, producidos por la Nueva Legislación tras la Constitución del `78.
“El sector arrocero de España estaba agrupado bajo la denominada Federación Sindical de Agricultores Arroceros de España, con sede en Valencia, constituida en 1933 y que desempeñó su labor de representación y defensa de los intereses del sector arrocero nacional ininterrumpidamente hasta 1985, en que por R. Decreto del Gobierno se suprimen sus servicios así como también los de la Federación de Industriales Arroceros existentes hasta la fecha”.

Este párrafo tomado de la Web de la FAS (Federación de Arroceros de Sevilla) define sucintamente cual fue la Organización Sindical más importante del sector en sus 52 años de existencia.

La FSAAE se fundó en Valencia durante la República, ante la necesidad de organizar el sector arrocero que estaba totalmente arruinado. Hacía tiempo que venía atravesando la penuria de un mercado excedentario, pero al perder las compras de los países sudamericanos, que iniciaron su producción propia, y el mercado Inglés que impuso un gravamen a la importación de arroz español para beneficiar sus propios agricultores de La Commonwealth, la situación se volvió insostenible al no tener forma de eliminar los excedentes. 

El mercado levantino era incapaz de regular su producción, acorde con el consumo, por lo que tuvieron que recurrir a un organismo nacional que ayudase no sólo a intentar regularlo, sino que también, a recabar ayudas del Estado y del capital privado para poder suministrar semillas, abonos y préstamos a los pequeños agricultores para que pudiesen continuar con su cultivo, puesto que éstos no tenían capacidad de financiación para poder llevar a cabo las compras necesarias. 

Lógicamente esta Organización no tiene actividad directa en los inicios  del cultivo del arroz en Sevilla ya que después del fracaso de las tres primeras empresas de transformación de las Marismas y el impulso de R. Beca durante la guerra, la FSAAE estaba situada en la Zona Republicana y durante la mayor parte de la guerra no se encontraba en situación de influir en el desarrollo de esta zona. 

A partir de 1940 y tras el discurso del Ministro de Agricultura de Franco, Serrano Suñer, - recogido en el ABC del 24 de Abril de ese año, quedó clarísimo que la Federación se convertía en un Sindicato Arrocero Vertical, el primer y más importante Sindicato de España que quedaba enmarcado dentro de la gestión que controlaría la Falange de una España, Nacional-Sindicalista. 
Y así funcionó en Sevilla esta Federación Vertical hasta su defenestración en 1985: a toque de corneta y bajo manu militari.

A pesar de nuestra Guerra Civil  y las lógicas dificultades de comunicación entre personas de ambos bandos, Rafael Beca, mantenía un continuo intercambio de pareceres con el Presidente de la Federación al que debía consultar sobre muchos temas arroceros ya que Beca era un exportador de aceitunas y sus conocimientos sobre el cultivo de arroz, en sus inicios de productor e industrial arrocero, eran muy limitados. Durante la contienda consiguió que el Gobierno Franquista le facilitara mano de obra especializada entre los soldados levantinos que conocían el cultivo, a los que cambiaba el trabajo del arrozal por su puesto en el frente y les daba extensos permisos para venir a intentar domeñar esta semi-estéril Marisma para convertirla en la mayor zona arrocera de España. 

Intentar explicar aquí, todos los esfuerzos de la colonización de las marismas y el papel de la FSAAE nos desviaría totalmente del tema central de este post por lo que aquellos que tengan interés en el tema pueden acudir a la pequeña síntesis de la Historia Agraria de Isla Mayor que he subido a este blog y cuyos capítulos y temas podéis ven en:


Una vez finalizada la guerra y en una situación de hambruna generalizada en España, -destrozada por la contienda, castigada por “la pertinaz sequía” y sin poder recibir ayudas exteriores debido a la II Guerra Mundial-, el arroz se convierte en un alimento básico, junto con el trigo, cuya producción había que potenciar y a la vez distribuirla de forma que llegase a la mayoría de la población, por eso se instituyó el racionamiento. 

Para conseguir dinamizar el desarrollo de esta zona, el Gobierno autoriza a R. Beca a salir con divisas al extranjero para comprar las acciones de Imagsa, -sociedad dueña de las Marismas, administrada por los catalanes y con sede social en Madrid, pero cuyos accionistas estaban repartidos por Europa-. Durante 1942, al conseguir la compra de una mayoría de las acciones, le permitiría el control de la sociedad y por tanto de las 45.000 has de Marismas que eran  propiedad de la Empresa Imagsa. 

En tres años R. Beca tenía la empresa controlada y reorganizada, pasando de ser un arrendador a propietario de la mayoría de las acciones de Imagsa, que fusiona con su empresa R.Beca y Cia. Y empieza a buscar arrendatarios para todas las tierras que iba transformando.

Esta foto de finales de los ´40 debe de estar realizada desde donde hoy está situada mi casa (aproximadamente) y era la carretera del Toruño que más tarde será la Calle Virgen del Carmen. Vemos al fondo los almacenes de FASSE,  nº 1 y 2



2014.- Mi casa, la 1ª por la izquierda, se construye en 1.961 y todavía no estaban construidas las viviendas de más de la mitad de la calle. Al fondo el edificio de oficina del Sindicato de Villafranco oculta la Nave nº1 y las casas de la izquierda tapan la nº 2. 

En este momento ya entra de lleno el apoyo de la FSAAE al Sindicato de Agricultores de Sevilla que Beca había creado para controlar el sector. Personaje clave de aquella época es Vicente Castelló Maronda,  presidente de La Zona Sur de la Federación, desde que yo recuerde, y al que no fui capaz de convencer que la Federación había que democratizarla o nos la “democratizarían”. Esta lucha por reformar la Federación duró desde el ´79, cuando empiezo mi participación en el CNJA (Centro Nacional de Jóvenes Agricultores) y como presidente del Centro local de Jóvenes Agrcicultores, me convierto en el “martillo pilón” de la FSAAE,  hasta el ´85 cuando la Administración Socialista no la democratizó sino que la eliminó de un plumazo. Pero de esto ya hablaremos cuando pasemos a las estructuras posteriores al ´76.
En los primeros años la labor de la Federación fue efectiva e indispensable ya que con el apoyo de la Compañía construyó almacenes y secaderos para facilitar el secado y almacenamiento a los agricultores que no tenían estructuras. En la Zona Sur de organizaron tres Sindicatos: El de Sevilla, Villafranco y Las Cabezas par facilitar el acceso a los agricultores. Hizo acuerdos con bancos que financiaron, semillas, abonos e incluso efectivo para poder sobrevivir los colonos hasta la cosecha, momento en el que se debía devolver el préstamo. Hicieron cuanto estuvo en su mano para apoyar el sector y mantener un precio del arroz que fuera rentable, pero siempre desde el punto de vista de los grandes agricultores que eran los que dominaban todo el sector:
  • La tierra, estaba totalmente controlada por R.Beca y algunos terratenientes y más tarde por la Cooperativa Arrocera del Sur, que merece capítulo aparte.
El agua, controlada por las grandes Comunidades de Regantes de las dos márgenes, que son una especie de circuito cerrado que apoyaba o impedía nuevas ampliaciones.
  • El capital, ya que a través de la Cooperativa Arrocera del Sur se controlaban las ampliaciones y el acceso a los créditos de Banco de Crédito Agrícola y de la Caja Rural.
  • La representación del sector también era exclusivamente suya hasta la aparición de las OPAs, que fueron, poco a poco, sustituyéndola de la representación ante los organismos de la administración nacional,  SENPA, FORPA, CHG etc etc. Y más tarde ante el Copa-Cogeca (Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias y Comité General de Cooperativas Agrícolas de la Unión Europea) cuya representación por las organizaciones agrarias se le otorgó al CNJA. Siendo yo el primer representate del sector arrocero nombrado por las OPAS.

La sintonía de R. Beca con la Delegación de la Federación en la Zona Sur debía ser perfecta ya que la lucha por la ampliación de las superficies arroceras no sólo dependían de la capacidad de la Cía. para preparar las infraestructuras de riego, desagüe y comunicaciones de las nuevas puestas en riego sino que también estaban supeditadas a la concesión de agua para arrozal, por parte de la CHG  y a la autorización como Coto Arrocero, lo que era posible gracias a ser Las Marismas, tierras declaradas como zona pantanosa, no apta para otros cultivos, y éstos eran trámites complejos que requerían tiempo y coordinación de los solicitantes.

La Federación también fue la herramienta que utilizó el Estado para controlar la producción, primero, en los tiempos del racionamiento y, más tarde, como centros de acopio del arroz, tanto para retirar del mercado el cupo obligatorio, como para retirar los excedentes del mercado. Más tarde los almacenes de los agricultores (Federación)  los arrendó el SENPA como silos  para almacenar el arroz, cuando se estableció la intervención con precios mínimos, evitando el Estado, de esa forma la construcción de silos que habría tenido que hacer, al igual que los construyó en otros lugares para diversos cereales. Cuando desaparece la intervención del Estado la Federación ofrece a los agricultores estos almacenes, también para regular la oferta durante la campaña de recolección y evitar la caída del precios en el mercado.

Aquí vemos a Antonio Olivares, en una de sus fotos, con su equipo de entrega al SENPA, junto con los tractores de otros agricultores, donde solíamos permanecer por lo menos un día de cola para poder descargar.

Mientras tanto, el enfrentamiento entre Sevilla y Valencia, en seno de la Federación, estaba servido. Desde primeros de los ´50 España volvía a ser excedentaria en la producción de arroz y lógicamente la responsabilidad primera era atribuida a las continuas ampliaciones de la Zona Sur. Pero cuando en 1.965 se estableció la entrega forzosa de cupos la política de la Zona Sur se unió al resto de al FSAAE oponiéndose frontalmente a cualquier ampliación de la zona arrocera en toda  España.


También la FSAAE se encargaba de la coordinación de los tratamientos obligatorios contra la "pudenta". Este fue unos de los primeros que se realizaron para evitar que la chinche nos estropease la cosecha para consumo humano.

Tanto los “capitostes” de Federación, de la CAS (Cooperativa Arrocera del Sur), como de las Comunidades de Regantes eran los agricultores ya bien situados económicamente y, que además, convencieron a los miembros de sus juntas rectoras compuestas de pequeños y medianos agricultores de que la ampliación ponía en peligro la continuidad de las Marismas, "lo que no era ninguna tontería", ya que el reparto de las concesiones de riego iba muy por delante de las nuevas obras de infraestructura, embalses especialmente, que garantizasen esos regadíos.


Fotografía actual 2014. Para ayudar a la regulación del precio y apoyar en el secado a los agricultores sin medios la FSAAE, continió con su política de ampliación de naves y secaderos hasta construir para almacenar en sacos hasta unos 12.000.000 de kg en El Puntal otros tantos entre Alfonso XIII e Isla Menor.

En la década siguiente, del ´65 al ´75, hubo poquísimas ampliaciones de riego en Las Marismas y cualquier intento de nueva puesta en riego en nuestra zona era atacado brutalmente por los que ya estaban situados. Recuerdo el intento de un buen amigo al que cerraron un canal público de desagüe ,“Casa Riera”, donde él había preparado su toma de agua, -aprovechado las compuertas para pasar agua a “entre muros”-,  y los agricultores contrarios a esa ampliación cerraron el canal de desagüe con un enorme montón de tierra. Se sentaron encima del cierre a comerse un jamón, mientras se secaba el arroz, ya sembrado, “entre muros” y alguno levantaba en alto un bastón diciendo: “esta es la Nueva Ley de Aguas”.

Pero es en la Asamblea General del ´76 cuando se desata una confrontación fraticida entre los agricultores situados y sus atláteres, -convencidos de que una ampliación era suicida para el sector-, contra los que creíamos que una ampliación le daría más fuerza al sector al convertir la zona arrocera en un centro económico de mayor peso económico. Allí, en esta reunión, se presentó un escrito solicitando el apoyo del sector para una ampliación de la superficie arrocera de Isla Mayor a fin de que nuevos agricultores y los hijos de los ya establecidos y con pocas tierras, tuviesen la oportunidad de poder comprar, con facilidades, una parcela de arrozal. La oposición de los arroceros presentes fue abrumadora, excepto los solicitantes, claro está. A pesar de apabullante oposición de los ya establecidos, la siguiente Campaña de 1977 se sembró parte de “la Ermita” a la que dedicaré capítulo aparte, -o los que hagan falta-, pues fue una larga guerra que también me tocó capitanear después de casi dos años de las primeras victorias pírricas cuando los regantes de la “Ermita” habíamos conseguido que no se nos cortara el riego, pero nos estábamos arruinando por la calidad del agua, ya que la Comunidad de Regantes de Mínima, podía impedir legalmente una ampliación de nuestra toma y nos cerraba el acceso a la toma de agua de sus desagües.

Aunque el derecho a la libre asociación se ampara en la Constitución del ´78, desde años antes ya habían aparecido los gérmenes de las OPAs, las Organizaciones Sindicales, las nuevas reglamentaciones para Cooperativas etc. Pero éste movimiento democrático no sirvió para modernizar la FSAAE, a la que no hubo manera de convencer de que debíamos de actualizar rápidamente sus estatutos y adecuarlos a la nueva Ley.
Esta es la razón por la que continuo con la historia de la FSAAE hasta su desaparición y donde yo,- que estaba dedicado a mis labores de agricultor y pasaba olímpicamente de políticas y enfrentamientos “no existía en el mundo reivindicativo-sindical”-, hasta que a primeros de ´79 entré a formar parte de CENJA (Centro Nacional de Jóvenes Agricultores) y en Julio de ese año me eligieron presidente de la Cooperativa “La Ermita” y del “Grupo Sindical San Rafael” creado para la transformación y puesta en riego de 4.300 has.

Me habían convertido, “sin comerlo ni beberlo” y sobre todo, sin desearlo, “en la bestia negra del statu quo” -ya que no había participado en los inicios de esas organizaciones (Jóvenes Agricultores y Ermita)-, si bien mi cuñado y yo habíamos comprado una parcelita de 10 has, como señal inequívoca de que apoyábamos la iniciativa de terminar con la hegemonía del sector que manejaban entre unos pocos-. A partir de ese momento, mientras yo me desgañitaba pidiendo elecciones, información y participación de los agricultores "rasos" en los sitios de responsabilidad, los que estaban en la poltrona, como no tenían argumentos para contrarrestar algunas de mis peticiones se dedicaban, por detrás, de forma ruin y rastrera a intentar desacreditarme lo que no les sirvió de mucho, aunque no se olvide que “tu difama que algo queda”.


Nunca le declaré la guerra a la FSAAE, pero no me callaba ni una.

No estaban dispuestos a abandonar el barco y por ello, todos juntos, como un buen capitán, se hundieron con él sin dar su brazo a torcer y se cargaron la FSAAE, ya que las OPAs, a nivel nacional, no permitieron que ésta renaciera. Solamente en Sevilla volvimos a crear la FAS (Federación Arroceros de Sevilla) y para ello tuve que realizar más de un equilibrio político-sindical y tragarme algunos sapillos. Lógicamente explicaremos las peripecias en los capítulos dedicados al asociacionismo después del ´76.

Resumir nuestras discusiones, de las que  conservo algunos apuntes durante los 5/6 años de transición, sería demasiado largo, pero he encontrado una intervención que seguro debí de leerla en la Asamblea, por las correcciones a lápiz que tengo en su redacción, y que transcribo abajo (sic), pues están casi todos los temas recurrentes de las distintas asambleas.

Intervención de José Hermano Mateu ante la Asamblea General Extraordinaria de la Federación (FSAAE), Zona Sur el 28-09-1982 en Villafranco.


Es para mi una obligación ineludible empezar rindiendo homenaje a la persona de D. Vicente Castelló por los largos años que ha dedicado a defender los intereses del sector arrocero.

No tengo la menor duda de la honradez e integridad de D. Vicente y en su consideración he reprimido muchas veces mis deseos de oposición y enfrentamiento a los métodos paternalistas y obsoletos de la Federación.

A él le debemos, en parte, la implantación de JÓVENES AGRICULTORES en Villafranco y se lo agradecemos, a pesar de habernos convertido repetidas veces en su cruz.

La búsqueda de los mismos fines por distintos caminos nos ha llevado a enfrentamientos, dentro de la amistad y el respeto. Quiero agradecerle que no haya perdido nunca la paciencia con mi impetuosidad y le ruego que emplee esa paciencia, una vez más, y conteste algunas preguntas que debo hacer al Sr. Exdelegado, pues espero que sea la última vez que presida nuestra Asamblea el Delegado de la Federación en Sevilla y la persona que le sustituya sea el Delegado de Sevilla en la Federación.

Quiero agradecerle, especialmente, el cumplimiento de dos peticiones mías. La primera, al publicar con suficiente antelación la fecha de los tratamientos contra la pudenda, para evitar posibles daños en el arroz y la segunda al enviar circular a todos los agricultores con el ofrecimiento en arriendo de los módulos de almacén, aún después que estos almacenes estaban comprometidos con los industriales e intermediarios.

También quiero agradecerle a la Nueva Cooperativa, que se haya arreglado, por fin, la carretera que pasa junto al campo de fútbol, arreglo que veníamos pidiendo hace años y que por lo visto no se hacía ya que dicha carretera no nos pertenecía, pero ahora ya se ha tratado como si fuera nuestra. Benditos sean. 

En relación al acta de la anterior asamblea, felicito al Sr. Secretario de Actas, por la fidelidad que ha pretendido darle. Sin embargo le encuentro dos pequeños fallos, que si bien no son motivo de rectificación sí lo son de aclaración.

No recuerdo, por más que lo intente, que ese día pidiese la aclaración de las “cuentas económicas”, aunque no me moleste en absoluto que se me atribuya dicha aclaración. Hay en cambio algo que recuerdo y que no esta recogido y es la afirmación de alguien de la Mesa, respecto a que se habían puesto circulares en los Sindicatos avisando a los agricultores que había módulos en los almacenes de la Federación para los que deseasen alquilarlos. Estas circulares no se habían publicado, fui a comprobarlo al día siguiente.

Según el párrafo 2º de la Segunda hoja, D. Celestino afirmaba que las cuentas estaban en los respectivos Sindicatos para que pudieran examinarlas los agricultores que lo deseasen. Siento decirle que estaba equivocado, ni estaban, ni están, ni según las palabras de nuestro Secretario General, hay posibilidad de que estén.

En el capítulo de Ruegos y Preguntas, D. Vicente Castelló respondiendo a la pregunta de D. Luis Sanchís, de septiembre del ´81, sobre el crédito de 100 millones de la Administración a la Federación, responde que esta enorme deuda fue consecuencia de la Operación Defensa  Precio.
Cuál no sería mi sorpresa repasando la Memoria de Federación de la Campaña 80/81 al comprobar que éste fue un Crédito de Campaña para compra de fertilizantes y herbicidas. 
¿O tal vez se utilizó para cancelar la póliza de 100 millones de la Caja de Ahorros de Valencia? También cabe la posibilidad que el crédito al que me refiero sea otro distinto al que preguntaba el Sr. Sanchís. Quién sabe los intrincados misterios de “Nuestra Madre Federación”.

Aparte de nuestra ignorancia respecto a los entresijos de la Federación, existen otras dos entidades estrechamente vinculadas de las que poseemos una escasísima información. Son: Arrocerías San Martín y la Mutualidad Arrocera de Seguros.

¿Sabe alguno de ustedes, que no sea de la Junta, qué es y de quién es, nuestra Mutualidad? En teoría una Mutualidad pertenece a los mutualistas y se crea sin ánimo de lucro, como las cooperativas y las Cajas Rurales, pero que yo sepa y si estoy en un error que me lo expliquen, en todas estas entidades la incorporación de los agricultores es voluntaria.

En el año 1.980 se sembraron 68.400 has, de arroz (datos de la Secretaría General Técnica) se censaron en la Federación 62.400 has y se aseguraron en la Mutualidad 60.000 has, ¿qué obligación de asegurarse y en qué sanciones han incurrido esas 7.800 has sembradas y no aseguradas? ¿de dónde son y porqué esas tierras no están obligadas a este compromiso como se nos asegura a nosotros que lo estamos¿

Después de leer el Balance de la Mutualidad de 1.980, que es un canto a la efectividad y el ingenio, deduzco que la obligatoriedad de asegurarse en la Mutua viene de un acuerdo tomado en 1.940 por los fundadores de la Mutua.

Estoy totalmente de acuerdo que es necesario hacer un seguro contra el pedrisco, en especial en las zonas levantina y catalana, pero dudo mucho de la legalidad vinculante que pueda tener un acuerdo de Presidentes de Sindicatos tomado en 1.940.

También considero muy interesante que todos los agricultores arroceros estemos en la misma Mutua, pero debe ser voluntario y en atención a que nuestra Mutua sea más barata y preste mejor servicio que cualquier otra compañía de seguros.

De todas formas, desearía saber si el estar asegurado en esta Mutua es obligatoria y en virtud de qué, esta obligación.

Para hablar de San Martín, y que los profanos en el tema lleguemos a entender algo, sería necesario algo más de tiempo del que podemos disponer en esta reunión que para colmo de nuestras desdichas se convoca en plena recolección, que todo el mundo sabe es el momento que los agricultores menos tiempo podemos dedicar a estas “cuestiones de invierno”, pero aún a riesgo de abusar del poco tiempo que poseen ahora los agricultores no puedo resistir la tentación de hacer un par de preguntas sobre el tema:
¿Si la Federación posee el 51% de las acciones porqué no aparecen en los balances esas relaciones económicas que forzosamente deben existir?
¿Porqué desde 1977 no se nos dice cómo funciona la economía de la empresa si como parece lógico el 51% de las pérdidas o ganancias son problema de todos los agricultores arroceros?

Entrando ya en el meollo nos encontramos con los problemas internos de la Federación, problemas que de continuar las cosas igual que hasta ahora difícilmente podrán resolverlos las personas que se enfrenten con ellos.

En mi criterio, la Federación es tan necesaria que si no existiese habría que crearla, pero ahora mismo, la que tenemos está peor que el arroz criado con 4 grs/l de sal, no le queda más que la paja.

No puede nadie pretender que los agricultores continúen pagando 70.000.000 de pesetas a cambio de unos servicios que, además de ser nuestros, se nos cobran aparte.

Después que la Federación se convierte en Corporación de Derecho Público, se le limita a unas funciones de colaboración y consulta de la Administración, que son insuficientes para justificar el dinero que nos cuesta. Si la Administración quiere colaboradores que se los pague. Pero nosotros sabemos que tiene o se la puede dotar de otras misiones específicas que justifican sobradamente su mantenimiento aunque con unos costos más reducidos y controlados por los agricultores. Todos.

Todo este entramado federativo no puede continuar costándonos tanto dinero. En la actualidad la Federación presta unos servicios para los que está sobredimensionada y burocratizada, y no podemos rebajar los gastos mientras no cambiemos las estructuras de funcionamiento. El ahorro no puede venir vendiendo sacos (que, entre otras cosas, es el mejor servicio que presta la Federación a la zona Sur) ni negando 200.000 ptas. a una investigación sobre hongos en esta zona. Esas 200.000 ptas. se pueden ahorrar, por ejemplo, suprimiendo una reunión de la Permanente, que podría ser muy interesante, pero que los agricultores no nos enteramos de nada de los beneficios que para nosotros allí se consiguen.

Entre dietas, traslados, comunicaciones y gastos especiales de funcionamiento, FEDERACION  gastó en 1.980- 7.430.000 ptas. JÓVENES AGRICULTORES tiene para esas mismas funciones un presupuesto de 100.000 ptas. y cada vez que la Federación  va a Madrid para temas arroceros, nosotros estamos allí y algunas veces que no va, también.
Estamos convencidos que los gastos se pueden reducir más de la mitad y que los servicios pueden prestarse con una participación real de los agricultores, dándonos voz y voto de aquello que queremos y cómo lo queremos.

No hay una participación real de los agricultores en las decisiones de nuestros órganos de gobierno de Sindicatos y Federación. ¿Quiénes son los culpables, los agricultores que somos comodones y apáticos por naturaleza o los dirigentes que deseamos las menos  intromisiones posibles en nuestra gestión para mayor comodidad?

Deseamos estructurar la Federación de forma que Villafranco sea el primer Sindicato de España y tenga el peso específico que le pertenece, de acuerdo con las cantidades con que contribuimos al mantenimiento de la misma y sin perder de vista que aquí se cultiva tanto arroz como en toda la región valenciana o catalana

Consideramos que hay que empezar eligiendo un Presidente de la Zona Sur que defienda junto al resto del sector, o ante él si es necesario, los acuerdos que aquí se tomen en Asamblea General. No estamos de acuerdo, ni las consideramos representativas a la Permanente y Junta General de Federación. No se pueden demorar por más tiempo unas elecciones y la adaptación de los Reglamentos a las necesidades actuales, por mucho que el Sr. Ministro se empeñe.  A los Srs Ministros les importa un rábano la Federación de Arroceros.

Así mismo es necesario elaborar los presupuestos que nosotros tenemos que pagar y, en esta Asamblea, que decidamos los agricultores en qué nos interesa gastar nuestro dinero.

Mientras esta Asamblea General, que es soberana, no sea la que decida respecto a todas estas cuestiones, y no es necesario que sea ahora mismo, no será la Federación el organismo oficial de los agricultores que cumpla exactamente lo que la mayoría de los arroceros quieran.

Muchas gracias
José Hermano Mateu.

Esta intervención que es uno de las muchos debates que, reincidentemente, planteaba ante los miembros de la Federación, tengo la suerte de conservarla y es evidente, para mi, por el estilo mordaz e incisivo de mis preguntas que tuve que leerla pues me resultaba muy difícil, ya entonces y ahora infinitamente más, recordar cuánto quiero decir y cómo hacerlo. Mientras que al escribirla y más tarde repasarla y leerla me permite poder “afinar” las críticas sin producir heridas innecesarias. Por ejemplo cuando le agradezco a Castelló su ayuda a la creación de Jóvenes Agricultores yo, sólo conozco ese punto por sus comentarios, y no por mi conocimiento de esos apoyos que pudieron ser antes de participar yo en la Asociación. 

Felicito al secretario de actas cuando en realidad estaba claro que le eran “dictadas” a conveniencia para el momento de leerla, no  de lo realmente hablado. Aquella Mesa era la “Huerta del Segura cuando llega la mañana”, pero hacían y deshacían sin el más mínimo respeto a los agricultores fuera de su círculo. Las cuentas de San Martín, no las presentaban porque eran impresentables y el resto nos llegaba todo manipulado. La FSAAE había comprado el 51% de las acciones de Arrocerías San Martin que tenían su central en Silla y que poseía instalaciones del Molino de Villafranco y el de Coria del Río.


Molino arrocero del Puntal, construido por la Chispalense en 1.931, comprado a Imagsa por Rafael Beca en el ´42 y más tarde vendido Arrocerías San Martín. La que llega a dominar la Federación con la compra de la mayoría de las acciones y que fue una de las causas de la ruina económica de la misma, a pesar de los monumentales cánones que pagábamos los agricultores.

La fachada y parte de las naves de Molino y almacén que tenía San Martín en Coria del Río. Hoy todo es propiedad de Ebro Food, junto con la antigua oficina de A.R.D.E y las instalaciones de la Cooperativa Arrocera Sevillana.




Sin embargo, en su descargo admito que intentaban hacer lo mejor para el sector, pero siempre, según sus criterios y sus puntos de vista parciales. Habían creado una Organización para proteger los intereses arroceros que más bien parecía un Organismo Público, totalmente sobredimensionado, burocratizado y controlado por la cúpula, siguiendo el más puro estilo del Sindicato Vertical posterior al ´39  y que lo llevaron a su defenestración.

Estas reivindicaciones recurrentes iban aderezadas, de vez en cuando, de alguna petición que normalmente caía en “saco roto” ya que la política de las Federación era, dejémoslo como está que lo que venga no sabemos cómo será. Esta es una postura intemporal e internacional propia de las personas situadas en el poder y a las que los cambios no les agradan por la incertidumbre que conllevan. Ejemplo de ella son tres de los ejemplos de peticiones rechazadas que estoy recordando y que refuerzan lo que anterior:
Con la entrada de Miguel Manaute, como Consejero de Agricultura, su política de Reforma Agraria (bodrio que logró movilizar a los señoritos andaluces que vivían muy bien y que no entendían aquellos del “valor social de la tierra”) también afectaba y mucho al sector arrocero. Por una parte se relajó algo la presión sobre las actuaciones en contra de la cooperativa la Ermita y por otra Miguel pretendía racionalizar el uso de pesticidas en el sector arrocero, zona supersensible para la conservación del Parque Nacional de Doñana. En una de las reuniones institucionales con Jóvenes Agricultores nos propuso la creación de ATRIAS (Agrupaciones de  Tratamiento Integrado en el Algodón) en el arroz, similares a las del algodón para la formación, información y control del uso de los pesticidas. Esas asociaciones contarían con una subvención por ha (que creo recordar eran unas 30.000 ptas/ha) Recuerdo perfectamente la contestación de la Mesa y la persona que respondió y que no es necesario nombrarla ya que todos pensaban igual,  y que dijo: “esas 30.000 ptas se las damos nosotros a la Junta para que nos dejen tranquilos”
No insistimos pero seguimos adelante con la propuesta y creamos en la Comunidad de Regantes la Ermita, que entonces yo presidía. Pero el que hizo todo el trabajo fue Federico Clar, presidente del Sindicato de Riegos, creando la primera ATRIA de arroz de España, que fue el germen de las API (Asociación de Producción Integrada) que hoy cubren la totalidad de la superficie arrocera de Las Marismas y que nos permite contar con más de cuarenta técnicos arroceros, todos titulados, especialmente ingenieros técnicos, llevando a cabo un control exhaustivo de la siembra, abonado, pesticidas, plagas, y asesorando a todos los agricultores sobre cualquier tema que pueda ser de su interés.

Otro tema que lograba desquiciar mis nervios era la musiquilla que cada año repetía la Federación para la defensa del precio del arroz cáscara, en campaña. “Tenéis que guardar el arroz y no ofertar todos en campaña pues eso permite a la industria bajar los precios” Lo único que tenían la Islas Mayor y Menor para guardar el arroz eran los almacenes de la Federación y algunos almacenes que habían construido los agricultores por su cuenta con los secaderos de sol para secar y almacenar, pero quedaban más de 50.000 .000 de kgs que había que vender, en verde o sobre secadero, pues ni teníamos sitio para secar ni guardar ni capital para pagar los gastos más urgentes de recolección y , antes de fin de año, el resto de pagos que se llevaban la totalidad de la cosecha.

Hablarles de crear cooperativas para secado y almacenamiento era “mentar la bicha” Ellos ya había tenido una experiencia cooperativa, que contaremos más adelante y que nos había costado el dinero a todos los socios que habían entrado. Recuerdo alguno de lo enfados de mi padre con los “chorizos” que la capitanearon, pero no sólo fueron “esos chorizos” los causantes del descalabro económico, muchos cooperativistas colaboraron activamente en la desintegración interna de la Cooperativa Arrocera Sevillana.

También en este caso Jóvenes Agricultores rompió el tabú cooperativo y venciendo las risas y la mordaz ridiculización de los mayores, “jodidos y apaleados” por la anterior, iniciamos la primera Unión de Compras de Productos, en 1979, que se transformó de forma inmediata en la primera cooperativa de comercialización de arroz cáscara de las Marismas la “Cooperativa Arrocera de Isla Mayor” y que fue seguida por la de la Margen Izquierda, La de Puebla del Río y la de Arroceros Unidos en 1982, rematando la labor con la creación de Veta La Mora prevista para reunir a todos los agricultores que estaban todavía sin medios y se mantenían individuales. A este desarrollo cooperativo le dedicaremos  los capítulos necesarios.

Otro tema que me llevó a enfrentamientos poco agradables con FSAAE y la Comunidad de Isla Mínima, -de la que yo era comunero-, era el serio problema de los cangrejos. Estos crustáceos, importados en 1.973 desde Louisiana se habían convertido en una auténtica plaga que destrozaba nuestras infraestructuras de riego, desagüe y márgenes de contención de agua. Mientras nos gastábamos un dineral cada año, en la conservación de márgenes y obras de fábrica, el agricultor arrocero sólo percibía y continua percibiendo daños directos e indirectos y por ello la mayor parte de los arroceros deseaban que se declararan plaga, -como especie foránea no autorizada-. En Valencia, en el parque Natural de la Albufera, se había conseguido declararlo como plaga en la zona arrocera de Levante donde estaba autorizada su exterminación. Las Comunidades de Regantes propugnaban su extinción, yo pretendía la regularización del sector de la pesca en nuestras tierras para que los agricultores, de alguna forma pudiésemos recuperar los gastos del daño causado por el cangrejo. Recuerdo una intervención en la Comunidad en la que dije: si terminamos con el cangrejo en esta zona las generaciones futuras nos recriminarían esa acción, además en la actualidad, la pesca está aliviando el aumento del paro provocado por la modernización del sector” Y nunca resultó más efectivo el refrán “a río revuelto ganancia de pescadores” Los pescadores siguen pescando en nuestras tierras, sin tener siquiera, la delicadeza de pedir nuestra autorización para colocar sus nasas en nuestras parcelas y sin pedir permiso para pasar por nuestros caminos particulares. Y si alguien les plantó cara, su almacén saló ardiendo de forma casual. 

Aunque tengo muy claro que mi opinión pesó muy poco en el futuro de ese sector, en mi fuero interno, el esfuerzo de gestión para la regulación del sector, lo consideré un fracaso. Nadie parecía interesado en que se estableciesen unos carnets de pescadores, con sus agrupaciones que negociasen la pesca y comercialización con los agricultores y con los intermediarios. Los pescadores se lanzaron a la creación de cooperativas, buscando el valor añadido, provocando una feroz competencia entre  ellas que las llevó a su desaparición.

El próximo post lo dedicaremos a las Comunidades de Regantes anteriores a la constitución de la Ermita y que todas continuan en activo, como no podía ser de otra manera.